Categoría: Residuos

Educación AmbientalParticipación ciudadanaResiduos

Más de Residuos… Hoy con datos



Me había sentado en el ordenador con la intención de escribir a cerca del compostaje doméstico, una de mis especialidades. Sin embargo, cuando me he puesto a repasar mi Trabajo Fin de Máster (dedicado al Compostaje Doméstico) y los datos que en él aporté en su momento he decidido revisarlos para ver cómo han cambiado las cosas en estos dos años.


Pero como las entradas a veces son imprevisibles y se te revelan de un modo contrario a tus intenciones, en base a los datos observados y el leer y opinar acerca de artículos de otros compañeros blogueros ambientales he decidido posponer mi entrada relativa a compostaje (os prometo que será la siguiente que yo escriba) y hablaros primero de la realidad de los residuos según los datos.


Para empezar he revisado el dato que tenía de que los españoles generamos de media 1,38 kg de basura al día. Para ello he estado estudiando las cifras aportadas por el INE y aquí os dejo los datos, que para mi son sorprendentes y gratificantes en cifras generales.


Así, la primera pregunta es ¿Cuántos residuos generamos? En general, todos los españolitos de a pie…



Total nacional (T)

TOTAL RESIDUOS MEZCLADOS

19.395.265

TOTAL RESIDUOS RECOGIDOS SELECTIVAMENTE

4.984.758

TOTAL RESIDUOS

24.380.023

Residuos sanitarios y biológicos

24.616

Residuos metálicos

56.416

Residuos Animales y vegetales

954.377

Lodos comunes (secos)

44.694

Residuos de la construcción y demolición

437.595

Otros

99.538

Vidrio

804.000

Papel y cartón

1.467.365

Caucho (neumáticos.)

8.964

Plásticos (excepto embalajes)

185.501

Madera

192.052

Ropa y residuos textiles

4.683

Envases mixtos y embalajes mezclados

640.286

Medicamentos no utilizados

372

Residuos de pilas y acumuladores

3.083

Residuos domésticos y similares (domésticos y vías públicas)

18.808.667

Residuos domésticos voluminosos mezclados (enseres domésticos)

586.598

Equipos eléctricos desechados y Componentes de equipos electrónicos desechados

61.216


Pero como las cifras “gordas” se nos escapan y nos resulta difícil de entender, vamos a valorar los datos por habitante al año y al día porque así puedo comparar lo que yo como ciudadano hago cada día respecto a las estadísticas (por supuesto estamos muy lejos de llegar a los resultados de Santiago Campos, http://hogares-verdes.blogspot.com.es/2013/01/cuanta-basura-hago-en-un-ano.html):


Kilogramos /habitante/año

AÑO

Residuos mezclados

Residuos separados

2002

586,2

39,0

2003

590,1

46,1

2004

500,8

73,1

2005

502,8

54,1

2006

500

53,3

2007

493

57,5

2008

464,8

67,3

2009

443,9

57,6

2010

412,5

61,9


Gráficamente,



De este gráfico deducimos entonces que de 2002 a 2010 la cantidad de residuos mezclados se ha reducido de forma muy significativa. Mientras, la cantidad de residuos separados en origen aumenta muy despacito (pero aumenta) aunque no hay que negar la evidencia de que aún es muy baja. Por cierto, me gusta pensar que la disminución de la cantidad de residuos puede deberse a que estamos más concienciados pero entended también que las crisis económicas son una oportunidad, porque como se ve en el gráfico son los momentos en que más desciende la cantidad de residuos generados (crisis de la burbuja.com y de la burbuja inmobiliaria). Pero no os quedéis ahí, porque hay un dato que para mi también es muy significativo y es que en años de bonanza económica la cantidad de residuos no ha aumentado, sino que se ha mantenido (en realidad descenso ligero) luego la labor de los educadores ambientales concienciando a la población es un hecho y una realidad.


Si entramos a analizar los residuos separados en origen los datos aportados por el INE son los siguientes:



Kilogramos /habitante/año

AÑO

Papel y cartón

Vidrio

Envases mixtos

2002

15,9

13,8

9,3

2003

16,3

12,1

17,7

2004

16,6

10,4

46,1

2005

18,6

11,3

24,2

2006

22,1

12,6

18,6

2007

25,3

14

18,2

2008

24

14,9

28,4

2009

23,5

15

19,1

2010

31,2

17,1

13,6


Lo que, gráficamente se traduce en:



Podemos entonces valorar que la separación en origen del papel y el cartón ha aumentado progresivamente (cada vez se recicla más este residuo) y en los últimos años ocurre lo mismo con el vidrio. Los envases sin embargo parecen seguir tendencias algo complejas de analizar. Así, en el caso de los envases vemos que aumenta su reciclaje muy significativamente entre 2002 y 2004 pero luego desciende considerablemente hasta 2006 (¿bonanza económica = se recicla menos envases?) 2006 y 2007 se mantienen (lo que no confirma la hipótesis anterior) y asciende en 2008 para volver a descender de nuevo en 2009 y 2010. Aquí por tanto surgen muchas dudas. ¿Acaso consumimos ahora menos productos con envases y por eso baja su reciclaje o es que estamos menos concienciados? Habría que plantearse entonces si en tiempos de crisis los hábitos alimenticios cambian (menos comida envasada, congelada,…más huertos domésticos,…) ¿será que la población se ha cansado de reciclar al ver la mala praxis de ciertas empresas? ¿Entonces, por qué sí aumentan las ratios de reciclaje de papel y vidrio? ¿Afectará el hecho de que el amarillo es el contenedor con más impropios y por tanto lo que se requiere son más campañas de información y concienciación? Yo de momento me he puesto a investigar sobre estas subidas y bajadas que parecen una montaña rusa pero de momento no he obtenido respuestas a mis inquietudes. Seguiré investigando y si llego a resultados os lo cuento.




Si pasamos a analizar los datos generales (suma de los residuos mezclados y los separados en origen) obtenemos estos resultados:


AÑO

Kilogramos /habitante/año

kg/habitante/dia

2002

625,2

1,71

2003

636,2

1,74

2004

573,9

1,57

2005

556,9

1,53

2006

553,3

1,52

2007

550,5

1,51

2008

532,1

1,46

2009

501,5

1,37

2010

474,4

1,30



Por tanto, a la pregunta que ronda en los debates desde hace meses en Linkedin, de si los ciudadanos estamos más concienciados o si la labor de los educadores ambientales se traduce en mayor concienciación, mi respuesta es SI. Como hemos podido ver, cada vez es menor la cantidad de residuos que generamos y cada vez reciclamos más el papel y el vidrio (nuestra asignatura pendiente son los envases).


Debemos reconocer, como ya he expuesto en varios debates, que la población española ha cambiado en 15 años considerablemente sus hábitos en relación al reciclaje. Estamos pidiendo a la población que deje de tirar todos sus residuos cómodamente en una sola bolsa, que ponga varios contenedores en su cocina (o bolsas recolgadas, como hacemos muchos) y que lleve cada una de esas bolsas cuando están llenas a sus contenedores correspondientes (que no siempre nos pillan a mano ni de camino). Ya nos hemos habituado a ver en prácticamente todos los municipios contenedores de diferentes colores a pie de calle, a mirar en el reverso de los productos ciertas etiquetas,…así que vamos a pensar en todos esos hábitos que vamos cogiendo y vamos a pensar en positivo, que si se aumenta el reciclaje es porque se están haciendo las cosas mejor.


Por tanto, si eres técnico o educador/a ambiental mi recomendación es que muestres datos a los vecinos y que adoptes en tus campañas de sensibilización en materia de residuos un carácter más positivo y menos incriminatorio para con el ciudadano, porque vamos a ser realistas ¿a quién no le gusta de cuando en cuando una palmadita en la espalda? Si somos positivos, si mostramos al ciudadano que vamos por el buen camino pero que aún hay que hacer más y que está en su mano, que puede lograrlo, la actitud de nuestros ciudadanos será mucho más positiva en relación al reciclaje.


De momento, y para abrir boca a la siguiente entrada, te cuento que al menos el 35 % de nuestra bolsa de basura es materia orgánica que puede ser fácilmente recuperada en nuestros hogares en forma de compost (abono, fertilizador, corrector del suelo…) pero todo eso os lo contaré en detalle en mi próximo texto. No olvides que queda mucho por hacer.


ecologíamedio ambientereciclajeResiduos

Reciclaje sí, pero no con mis residuos

¿Por qué hay tanto recelo en la sociedad a que haya empresas y personas que se ganen la vida con negocios relacionados con el medio ambiente? Me refiero, aunque el concepto es amplio, especialmente a la existencia de empresas que se dedican a la gestión de residuos o al reciclaje y que se nutren de los desechos generados por otras personas para obtener beneficios.

Esta relación implica que separemos nuestros residuos domésticosen grupos como envases, vidrio, papel y cartón, plásticos, madera, chatarra, medicamentos, aceites usados o aparatos eléctricos y electrónicos, para después depositarlos en su correspondiente contenedor urbano o en el punto limpio más cercano.

¿Cuál es el problema? Que muchos ciudadanos son reacios a que existan determinadas empresas que se dediquen al reciclaje y se “aprovechen” de estos residuos, depositados de buena fe sin recibir a cambio ninguna compensación económica, solo la satisfacción del deber cumplido.

El hecho de tener que desplazarse, a veces, varios kilómetros para llevar ciertos residuos hasta el punto limpio más cercano supone un gran problema para muchas personas, que no están dispuestas a colaborar en fomentar el negocio del reciclaje o de la gestión de residuos. De hecho, parecen ser más partidarios de depositar todos los residuos en el contenedor más cercano, ya sean los restos de la cena del día anterior o un termómetro que pueda ir vertiendo mercurio allá por donde pase.

Esta imagen la tomé en la costa de El Cotillo, en Fuerteventura, en enero de 2013. Encontré la pila semienterrada a pocos metros del mar. ¿Cuánto trabajo le costaba a la persona que la abandonó haberla depositado en un lugar adecuado?

Las alegaciones de estas personas para no colaborar en el proceso de reciclaje son del tipo “yo no voy a contribuir a que unos cuantos se hagan ricos con mi basura” o “para qué separar residuos si luego viene un solo camión y los mezcla todos”, afirmaciones que no necesitan una base científica ni pruebas que las refuten, solo la insistencia y rotundidad de las personas que las sostienen.

¿Por qué esta negativa de una parte de la sociedad a favorecer el negocio ambiental? Yo no pido que nadie regale su tiempo o su esfuerzo de forma altruista; todo lo contrario, me gustaría que el sector ambiental pudiera generar más oportunidades laborales y creo que, de hecho, tiene un gran potencial para conseguirlo. Pero tampoco me gusta que nadie lo boicotee cuando, con un pequeño esfuerzo, puede colaborar en que el reciclaje funcione.

Mi reflexión ante esto es la siguiente: ¿qué pasaría si la sociedad se negase a contribuir a los negocios que dependen de los ciudadanos?Por ejemplo, que nadie quisiese ir a los restaurantes, bares ni cafeterías, sino que prefirieran comer y beber en casa, que es más barato. ¿Por qué enriquecer a hosteleros pudiendo evitarlo? Es más, ¿por qué enriquecer a los dueños de los supermercados comprando comida? Podríamos instalar huertos en casa y conseguir nuestros propios alimentos. ¿Estoy desvariando? Es posible, pero no tanto como quienes se niegan a separar sus residuos o a acudir a los puntos limpios por haber declarado la guerra al sector ambiental.


En más de una ocasión he manifestado mi oposición al capitalismo y al consumismo y creo que esta forma de vida es la principal culpable de la grave situación del planeta, pero lo que no podemos hacer es negar que vivamos según este modelo y que en él debamos actuar.

El reciclaje de residuos no es la panacea pero pone su granito de arena para ayudar al medio ambiente y no creo que nos cueste tanto trabajo separar los residuos habituales (envases, vidrio, papel y cartón y restos orgánicos) y depositar cada uno en su correspondiente contenedor, así como guardar los residuos especiales y que no se generan tan asiduamente (pilas, aparatos eléctricos o electrónicos, metales…) para llevarlos al punto limpio más cercano, algo que nos supone tiempo y dinero, pero creo que en un nivel asumible en la mayoría de los casos.

Al fin y al cabo, a diario realizamos pequeñas acciones que nos suponen un esfuerzo físico o monetario y que contribuyen a que un sector comercial obtenga beneficios: comprar alimentos, viajar en metro, tomar una cerveza, hacer una llamada de teléfono, conectarnos a internet, encender las luces, tener enchufada la nevera, darnos una ducha, beber agua. Todos estos actos diarios benefician, de forma más o menos directa, a algún negocio. ¿Por qué debe ser diferente en el caso del medio ambiente? Es más, puede que sea diferente pero de forma positiva, puesto que, además de formar parte de un sector comercial, el reciclaje nos beneficia a todos.

De cualquier forma, cada ciudadano es libre de actuar de la manera que considere correcta y esto solo es una opinión, o petición, de un profesional del sector ambiental, al que le hierve la sangre cada vez que alguien le dice que no colabora con el reciclaje y además lo defiende con fervor.
ecologíamedio ambientereciclajeResiduos

Reciclaje sí, pero no con mis residuos

¿Por qué hay tanto recelo en la sociedad a que haya empresas y personas que se ganen la vida con negocios relacionados con el medio ambiente? Me refiero, aunque el concepto es amplio, especialmente a la existencia de empresas que se dedican a la gestión de residuos o al reciclaje y que se nutren de los desechos generados por otras personas para obtener beneficios.

Esta relación implica que separemos nuestros residuos domésticosen grupos como envases, vidrio, papel y cartón, plásticos, madera, chatarra, medicamentos, aceites usados o aparatos eléctricos y electrónicos, para después depositarlos en su correspondiente contenedor urbano o en el punto limpio más cercano.

¿Cuál es el problema? Que muchos ciudadanos son reacios a que existan determinadas empresas que se dediquen al reciclaje y se “aprovechen” de estos residuos, depositados de buena fe sin recibir a cambio ninguna compensación económica, solo la satisfacción del deber cumplido.

El hecho de tener que desplazarse, a veces, varios kilómetros para llevar ciertos residuos hasta el punto limpio más cercano supone un gran problema para muchas personas, que no están dispuestas a colaborar en fomentar el negocio del reciclaje o de la gestión de residuos. De hecho, parecen ser más partidarios de depositar todos los residuos en el contenedor más cercano, ya sean los restos de la cena del día anterior o un termómetro que pueda ir vertiendo mercurio allá por donde pase.

Esta imagen la tomé en la costa de El Cotillo, en Fuerteventura, en enero de 2013. Encontré la pila semienterrada a pocos metros del mar. ¿Cuánto trabajo le costaba a la persona que la abandonó haberla depositado en un lugar adecuado?

Las alegaciones de estas personas para no colaborar en el proceso de reciclaje son del tipo “yo no voy a contribuir a que unos cuantos se hagan ricos con mi basura” o “para qué separar residuos si luego viene un solo camión y los mezcla todos”, afirmaciones que no necesitan una base científica ni pruebas que las refuten, solo la insistencia y rotundidad de las personas que las sostienen.

¿Por qué esta negativa de una parte de la sociedad a favorecer el negocio ambiental? Yo no pido que nadie regale su tiempo o su esfuerzo de forma altruista; todo lo contrario, me gustaría que el sector ambiental pudiera generar más oportunidades laborales y creo que, de hecho, tiene un gran potencial para conseguirlo. Pero tampoco me gusta que nadie lo boicotee cuando, con un pequeño esfuerzo, puede colaborar en que el reciclaje funcione.

Mi reflexión ante esto es la siguiente: ¿qué pasaría si la sociedad se negase a contribuir a los negocios que dependen de los ciudadanos?Por ejemplo, que nadie quisiese ir a los restaurantes, bares ni cafeterías, sino que prefirieran comer y beber en casa, que es más barato. ¿Por qué enriquecer a hosteleros pudiendo evitarlo? Es más, ¿por qué enriquecer a los dueños de los supermercados comprando comida? Podríamos instalar huertos en casa y conseguir nuestros propios alimentos. ¿Estoy desvariando? Es posible, pero no tanto como quienes se niegan a separar sus residuos o a acudir a los puntos limpios por haber declarado la guerra al sector ambiental.


En más de una ocasión he manifestado mi oposición al capitalismo y al consumismo y creo que esta forma de vida es la principal culpable de la grave situación del planeta, pero lo que no podemos hacer es negar que vivamos según este modelo y que en él debamos actuar.

El reciclaje de residuos no es la panacea pero pone su granito de arena para ayudar al medio ambiente y no creo que nos cueste tanto trabajo separar los residuos habituales (envases, vidrio, papel y cartón y restos orgánicos) y depositar cada uno en su correspondiente contenedor, así como guardar los residuos especiales y que no se generan tan asiduamente (pilas, aparatos eléctricos o electrónicos, metales…) para llevarlos al punto limpio más cercano, algo que nos supone tiempo y dinero, pero creo que en un nivel asumible en la mayoría de los casos.

Al fin y al cabo, a diario realizamos pequeñas acciones que nos suponen un esfuerzo físico o monetario y que contribuyen a que un sector comercial obtenga beneficios: comprar alimentos, viajar en metro, tomar una cerveza, hacer una llamada de teléfono, conectarnos a internet, encender las luces, tener enchufada la nevera, darnos una ducha, beber agua. Todos estos actos diarios benefician, de forma más o menos directa, a algún negocio. ¿Por qué debe ser diferente en el caso del medio ambiente? Es más, puede que sea diferente pero de forma positiva, puesto que, además de formar parte de un sector comercial, el reciclaje nos beneficia a todos.

De cualquier forma, cada ciudadano es libre de actuar de la manera que considere correcta y esto solo es una opinión, o petición, de un profesional del sector ambiental, al que le hierve la sangre cada vez que alguien le dice que no colabora con el reciclaje y además lo defiende con fervor.