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CAMUFLAJES, TÓRTOLA EUROPEA Y RUINAS

Ha hecho mucho calor este fin de semana en Santorcaz, y esta vez no hemos salido mucho al monte.
El viernes por la noche no sé cómo fuimos capaces de ver a esta salamanquesa (Tarentola mauretanica) en un lugar poco habitual, un bordillo. Normalmente suelen estar en lugares más altos, lejos de gatos y y otros depredadores terrestres.

Prácticamente, sólo los ojos delatan a la salamanquesa
El domingo madrugué un poco, y continuando con el tema del camuflaje, me percaté de cómo un abejorro no había podido descubrir el disfraz de una araña cangrejo, un tomísido, que adoptó el color blanco de las flores en las que acechaba a los incautos.

Este abejorro no se dio cuenta de que en la flor blanca, no todo eran pétalos
Después me entretuve viendo a una curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) que se acicaló parsimoniosamente el plumaje, y con un alcaudón común joven (Lanius senator), que tenía más curiosidad que miedo al ser humano que le observaba.


Así se acicala la garganta una curruca cabecinegra macho


Alcaudón juvenil, con sus discretos colores
Me llamó la atención que la inmensa mayoría de las mariposas  eran las Lysandra albicans, que obviamente vuelan en pleno verano. 

Niña andaluza
Y después pude fotografiar testimonialmente a una tórtola europea (Streptopelia turtur) una especie nueva en el blog y que cada vez es más escasa.

Tórtola europea en un sauce
El mismo individuo dado en otra postura
Tras toparme con un zorro y un búho real que no quisieron salir en la foto, ya sólo encontré pájaros cerca del agua.

Abejaruco (Merops apiaster) a la sombra en una encina
Triguero (Emberiza calandra)
Buitrón (Cisticola juncidis)
Por último, acabo con una imagen desoladora:

Ruinas de la Ermita de Orcález
No hace muchas décadas, en este lugar se alzaba una de las ermitas más antiguas de la Comunidad de Madrid, rodeada de huertas y un arroyo flanqueado por álamos, sauces y nogueras. Hoy sólo quedan ruinas de piedras, madera pudriéndose, el arroyo es una canal que cada año se limpia como si fuese una simple tubería, no hay rastro de huertos y los árboles que quedan languidecen tristemente. Es una pena pensar, que como cuentan nuestro mayores, hace unas pocas décadas se hacía una romería a la sombra de enormes árboles. Ni autoridades ni ciudadanos hemos sabido cuidar nuestro patrimonio histórico y natural, y en otras pocas décadas es posible que ya no quede ni rastro de esos recuerdos.

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POR FIN ÁGUILAS CULEBRERAS EN SANTORCAZ

Este sábado, he realizado la segunda visita del programa SACRE de la temporada. Como siempre, contar y anotar aves con un apretado horario no es muy compatible con la fotografía... pero algunas cosas no he podido evitar fotografiarlas. En primer lugar una de las plantas con las flores más espectaculares que se puede encontrar. Se trata del fresnillo o Dictamnus albus que es escasa, y habita en quejigares umbríos.

Flores de fresnillo
También en la cuneta de un camino, me salió un buitrón (Cisticola juncidis), casi de los pies y se puso a sobrevolarme. Me imaginé que tenía el nido cerca y mirando y remirando lo encontré, hice una foto y me alejé. A ver si lo encontráis...

Nido de buitrón, más pequeño que un puño.
Por último, atravesando los caminos, me llamaron la atención la gran cantidad de aceiteras (Berberomeloe majalis) que cruzaban tranquilamente, sabiendo el líquido tóxico que portan y las protege.

Aceitera, con su carga tóxica bien señalizada con rojos y negros
Por la tarde, el paseo fue más urbano, pero antes de bajar a Alcalá, paramos unos instantes en Los Santos de La Humosa a fotografiar las nubes de tormenta que se avecinaban.

Cúmuloninmbus incus o en forma de yunque sobre Guadalajara
El domingo, dimos un agradable paseo mañanero mi mujer y un nuevo fiel seguidor de este blog. Abrirse al mundo virtual, a veces te trae conocidos reales que enriquecen tu vida. Fue un día ventoso y ya se sabe que viento y observación de aves no es una buena combinación, al menos, tierra adentro. Aún así algún ave se dejó ver.
Los casi infalibles trigueros, (Emberiza calandra) no faltaron.

Triguero sobre un olmo
Echaba yo de menos este año, ver águilas culebreras (Circaetus gallicus) por Santorcaz, y por fin apareció una, y además un día en que tenía "invitados", ¡qué más se puede pedir!

Culebrera mostrando su parte dorsal
En las partes ventrales muestra sus colores claros con barreado oscuro
Tampoco faltó una cogujada montesina (Galerida theklae) que nos vigiló desde una aliaga.

Cogujada con la cresta completamente erecta
Vimos alguna cosa interesante más por los cielos, pero bastante lejos o fugazmente. Como el suelo siempre está cerca, completamos la jornada con varias fotos de insectos y arácnidos.

Adscita hispanica una bella polilla diurna de color verde metálico

Enorme hembra de Eresus niger
En las dos fotos siguientes se puede apreciar cómo la edad tampoco perdona a las mariposas. 

Melitaea phoebe con las alas muy desgastadas
Melitaea phoebe recién metamorfoseada con los colores brillantes y alas perfectas
Para terminar, incluyo la foto de una musaraña muerta en medio de un camino. No es la primera vez que encuentro una musaraña (Crocidura russula) en esta situación, y es algo que me causa curiosidad, pues nunca he econtrado así animales de similar aspecto como topillos o ratoncillos. ¿Qué sucederá para que mueran sin motivo aparente en medio de los caminos? Habrá que investigarlo...

Musaraña aún fresca, siendo devorada por hormigas.
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SISONES, ABEJARUCOS, CURRUCA MIRLONA, AGUILUCHOS… ¡ES LA PRIMAVERA!

Como contaba en la entrada anterior, salvo el jueves, el resto de los días del puente los hemos pasado en Santorcaz, disfrutando de la primavera. El viernes, hicimos la primera salida de la temporada del SACRE (Programa de Seguimiento de Aves Comunes Reproductoras de la Sociedad Española de Ornitología). A pesar de no parar de contar y anotar aves en el cuaderno de campo, aún saqué tiempo de hacer alguna foto.

A veces estar dentro de un coche es el mejor escondite para ver aves, y así nos sucedió con un macho de sisón (Tetrax tetrax) en plena exhibición. Habitantes de cultivos herbáceos y con un plumaje muy críptico en sus partes dorsales, cuando desea marcar su territorio, además de emitir un curiosos sonido audible a gran distancia salta y despliegas sus alas de un blanco níveo para hacerse notar.

Macho inflando las plumas de su cuello contrastado de negro y blanco
Saltando mostrando el blanco de sus alas y partes ventrales
En otra de las paradas, un pinzón macho (Fringilla coelebs) se puso a cantar con su típico “casco” gris azulado y vientre rojizo.

Pinzón vulgar macho
En la última parada un buitre leonado (Gyps fulvus) pasó volando muy cerca y muy bajo en busca de alguna carroña.

Pesado aleteo del buitre leonado
Por la tarde decidimos dar un “paseo” hasta Pezuela de Las Torres donde disfrutamos de los campos mecidos por el viento. También algún pajarillo se atrevió a posar, aunque el fuerte viento no ayudó a detección de aves.

Atardecer en el camino a Pezuela de Las Torres
A la salida de Pezuela nos despidió un precioso jilguero (Carduelis carduelis)
A ras de suelo, el viento no influye tanto y esta enorme escolopendra no temió salir a campo abierto a estirar sus 21 pares de patas.

Escolopendra (Scolopendra cingulata)
El sábado también dimos un corto paseo aunque, esta vez las protagonistas fueron varias mariposas.

Iphiclides podalirius o chupa leche sorbiendo las sales disueltas del barro
Issoria lathonia o sofía
Melitaea phoebe o doncella mayor
En el lavadero, me entristeció ver una mezcla de carpines y truchas, especies piscícolas probablemente liberadas con buena intención, pero que causarán estragos en las poblaciones de anfibios, mucho más amenazadas que estos peces que provienen de Asia y América.

Trucha arcoiris (Oncorhynchus mikiss) incluida en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
El domingo, decidí madrugar un poco e irme yo sólo con mi red de camuflaje. Ya de camino, algunos pájaros se me pusieron a tiro.

Por las mañanas es inevitable ver cantar a las golondrinas (Hirundo rustica)
En los cables comparten posadero las palomas torcaces (Columba palumbus)
y tórtolas turcas (Streptopelia decaocto
Una verderón me observó intranquilo (Carduelis chloris)
Apostado junto a una vieja noguera (Juglans regia) no tardaron en aparecer varias aves a usar sus ramas para marcar el territorio, procesar alimentos o simplemente descansar y acicalarse.

Nada más llegar, un mirlo despeinado se puso a cantar (Turdus merula)
A continuación un abejaruco (Merops apiaster) manipuló
un gran abejorro para no dañarse la garganta con su aguijón 
Después llegó otro individuo, probablemente su pareja
En un posadero orientado al sol éste mostró su pecho turquesa
En el vídeo siguiente se observa como atontan a golpes a sus víctimas para que no dañen sus gargantas al tragarlos. Si ponéis el sonido, además se puede oír esos golpes contra la madera podrida.


Después de un rato, una paloma torcaz llegó para descansar
Antes de irse dedicó un rato a acicalar su plumaje
como se puede ver en la foto y en el vídeo siguiente
 

De nuevo una pareja de abejarucos se posaron,
 uno de ellos con una presa en el pico
Incluso las inteligentes urracas (Pica pica) no me descubrieron
En la misma percha que cuando llegué,
el último pájaro que posó antes de irse fue un mirlo
Satisfecho con la “caza” decidí estirar las piernas y aún me topé con más habitantes alados, aunque a mayor distancia del objetivo de la cámara.

Una cada vez más escasa collalba rubia (Oenanthe hispanica) posa sobre una coscoja
Muy cerca, una curruca mirlona (Sylvia hortensis) aguantó impasible mi presencia,
 prefirió cantar para marcar su territorio
Ya de vuelta a casa, el macho de aguilucho (Circus aeroginosus) lagunero me sobrevoló mostrando el contraste de sus partes dorsales...
... y partes ventrales
El último fue el más pequeño, un buitrón (Cisticola juncidis) que en lugar de cantar en vuelo como es habitual en él, lo hizo posado. En el vídeo siguiente se le escucha
 

 Y así termino, una primavera espléndida pero que necesita agua ya.
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JABALÍES Y PRIMERAS ÁGUILAS CALZADAS

Si no hay otros planes o compromisos, con el buen tiempo es difícil no faltar a la cita de cada fin de semana con el campo de Santorcaz. El mismo sábado por la mañana mi mujer y yo nos lanzamos al Camino de Corpa a ver cómo despejaba un día que comenzó húmedo y nublado.

A pesar del ese comienzo sin sol, la temperatura ya era suficiente para que algunas mariposas revoloteasen de flor en flor.

Euchloe tagis
Las calandrias amenizaban con su cantos el paseo, pero mucho menos asustadiza, una bonita collalba gris (Oenanthe oenanthe) nos observó desde el borde del camino mientras yo la fotografiaba.

Collalba gris al borde de un camino
En estas zonas abiertas de cultivos herbáceos y escaso arbolado son cada vez más notorias las señales que dejan los jabalíes (Sus scrofa), que al cobijo de la noche no dudan en campear a sus anchas por estas zonas que no ofrecen refugio de día.

Hozaduras de jabalí
Por fin el sol se hizo definitivamente un hueco entre las nubes, y como para corroborarlo, hicieron su aparición dos águilas calzadas (Hieraaetus pennatus), las dos primeras del año que veo en Santorcaz. Estas pequeñas águilas, tras pasar el invierno seguramente en el centro de África, en su vuelo conjunto demostraban que están aquí para tener su descendencia.

Águila calzada del tipo claro
De todos modos, aún quedan pájaros invernantes, como las bisbitas comunes (Anthus campestris), que aún no se han decidido a retornar a sus áreas de cría en zonas más frescas y húmedas.

Bisbita común en un camino
El domingo ejercí de anfitrión ante otro aficionado a la naturaleza que no conocía Santorcaz. Un buen madrugón nos ayudó para nada más echar a andar, descubrir un gran jabalí que bajó corriendo desde la ladera frente a nosotros y cruzó la carretera pocos segundos después de que pasase un coche. Sirvan estas líneas para recordarnos que las carreteras no sólo las usamos conductores, ciclistas y peatones, sino que hay que andar con mil ojos, pues se nos puede cruzar un animal de unos 70 – 90 kg.

Un jabalí cruza un sembrado hacia la carretera
Jabalí sobre el asfalto
En estas fechas sigue produciéndose un goteo de especies migratorias transaharianas recién llegadas, como las currucas carrasqueñas (Sylvia cantillans) que delimitan su territorio con sus melodiosos cantos.

Macho de curruca carrasqueña
La mañana fue avanzando descubriendo más cantos y pájaros diversos, pero muchas veces, cámara en mano es posible recrearse con otras creaciones naturales tan curiosas como la tela de una araña.

Tela de araña que ha atrapado el rocío matinal
El viento arrastraba nieblas que al encajonarse en los valles, nos traían reminiscencias más norteñas.

Valle del Arroyo Anchuelo o de La Dehesa
El día continúo en un agradable paseo y aunque se nos resistieron las grandes rapaces, para mofarse de nosotros, un buitrón (Cisticola juncidis) aguantó en una junquera a que lo fotografiásemos tranquilamente.

Un junco soporta los 10 gramos de peso de un buitrón
De nuevo, encontramos más señales de las correrías de los jabalíes, como un gran hormiguero de hormiga roja, que habían escarbado, seguramente en busca de larvas.

Hormiguero de hormigas roja atacado probablemente por un jabalí
No bastando todo lo anterior, de nuevo con mi mujer, dimos la tarde del domingo un nuevo paseo junto a la Estación Transmisora de la Marina. Eso nos permitió hacer fotos a alguno de esos pájaros marrones “tipo gorrión” que a mucha gente cuesta identificar.

Triguero (Emberiza calandra), rechoncho y con pico grueso, granívoro
Totovía (Lullula arborea) un tipo de alondra con ceja muy marcada y sin cresta
Por último una pareja de ratoneros comunes (Buteo buteo) nos mostraron una exhibición de planeos, persecuciones y picados en lo que debían ser los preliminares de su relación conyugal.

Ratonero común planeando
La pareja de ratoneros volaban muy juntos



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OTOÑO INVERNAL EN SANTORCAZ

Mucho frío y viento este domingo en Santorcaz, condiciones que dificultan el avistamiento de fauna, pero bien protegido, no pude dejar de aprovechar parte de la mañana a ver qué había por ahí.

Parece que los pinzones vulgares (Fringilla coelebs) siguen sin faltar a su cita fotográfica conmigo en cada paseo otoñal. En este caso fue un macho el que en lo alto de un álamo reseco tomaba el sol.

Pinzón macho mostrando su pecho anaranjado
Más de cerca, se observa su "casco" gris y alas negras con franjas blancas
Otro macho, en este caso de carbonero común (Parus major), y esta vez a menor altura, se mantenía a escasa distancia de mi y mostraba sus colores. 

Carbonero, tiznado siempre de negro carbón en garganta, cabeza salvo las mejillas
 y línea ventral, que en la hembra es más estrecha.
Pocos pájaros más pude fotografiar a corta distancia, este buitrón (Cisticola juncidis) estuvo a tiro unos instantes, pero su pequeñísimo tamaño, no permitió un enfoque adecuado.

Buitrón sobre un cardo, mostrando su pequeño tamaño
No es un ave demasiado frecuente, pero ayer pude ver una corneja negra (Corvus corone) dando vueltas sin saber dónde aterrizar. Los truenos de las escopetas, seguramente vuelven más cautelosos a estos inteligentes córvidos.

Tamaño mediano e intenso color negro, identifican a la corneja,
que también es conocida en Santorcaz como grajo.
Los restos de otro córvido mucho más frecuente, la urraca (Pica pica) encontré al pie de un quejigo. La escarcha cubría las plumas del pájaro, que seguramente fue víctima de un azor o un búho real. 

Plumas de urraca arrancadas por un ave de presa, en caso de haber 
sido mordidas por un mamífero estarían quebradas
Otros restos en cambio, me recordaron al verano, como esta camisa de culebra de escalera.


Añadir leyenda
Y la mañana no dio mucho más de sí, el frío continuaba imperando, y volví a casa tras echar un ojo a la Sierra de Guadarrama.


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BUITRÓN Y ZORZAL COMÚN: ¡¡POR FIN!!

Hay pájaros, que aunque frecuentes, son difíciles de fotografiar. El buitrón (Cisticola juncidis) y el zorzal común (Turdus philomelos), se encuentran entre aquellos para los que no disponía de fotos decentes en mi archivo... ¡hasta ahora! Este fin de semana en Santorcaz, he podido acercarme lo suficiente a ellos, ¡y sin usar ningún medio artificial para esconderme o atraerlos! 

El buitrón, es un pájaro pequeñísimo, que ronda los 10 gr. de peso y que junto a su nerviosismo habitual, dificulta la toma de fotografías. Gusta de vivir y alimentarse en zonas de vegetación herbácea alta, así que frecuenta el Arroyo de la Dehesa. 

Un buitrón se inclina para observarme mejor y valorar si soy un peligro

Otro buitrón más tranquilo observa desde lo alto del carrizal
También entre las espadañas, juncos y carrizos había otros pájaros como petirrojos, trigueros, mosquiteros y pájaros moscones. E incluso me aparecieron aves como una polla de agua y una agachadiza chica. 

Petirrojo (Erithacus rubecula) en lo alto de una espadaña
Triguero (Miliaria calandra)
Es de destacar que en estas zonas húmedas próximas al arroyo, son cada vez más visibles las huellas de los jabalíes.

Bañera de jabalíes
Una vez conseguido el buitrón, se me ofrecieron buenas oportunidades con los zorzales, quedándome completamente quieto y medio metido entre arbustos. En el otoño e invierno, llegan a cientos a Santorcaz moviéndose por lugares con arbustos y matorrales, en los que se alimentan de frutos, insectos, caracoles y gusanos. Uno de los zorzales llegó, y sabiéndose observado, se giró y buscó con la mirada hasta encontrarme y huir despavorido.

De espaldas, un zorzal busca con la mirada un posible peligro
Para ver mejor, decide girarse y mostrar sus flancos
De frente, se observa perfectamente su pecho y vientre moteado
Aún sin descubrirme, posa tranquilo
Contento con las fotos realizadas, aún pude hacer alguna más, con otras especies que ya conocerán los lectores de este blog.

Cogujada montesina (Galerida thecklae)
Pinzón vulgar hembra (Fringilla coelebs)
Pinzón vulgar macho en el que se observa el obispillo verdoso, casco grisáceo,
pecho rojizo, y franjas blancas en las alas