SALAMANQUESA, ALCAUDÓN, BUITRÓN, CURRUCA TOMILLERA, ÁGUILA CULEBRERA, LIBÉLULA Y MARIPOSA
Aunque el sábado no era el día más propicio para salir al monte, porque estamos en época de media veda, no quería dejar pasar una nueva oportunidad de disfrutar de pasear al fresco de la mañana.
Realmente ya la noche anterior, empecé retratando protagonistas vivos, y nos llamó la atención una salamanquesa (Tarentola mauritanica) de buen tamaño, aunque con lA cola cortada casi desde su base. Algún autillo, mochuelo o culebra se quedó sólo con la mitad de la cena que esperaba. Incluso sin tenerla en la mano, gracias al zoom de la cámara se aprecia algo habitual en las salamanquesas: la presencia del ácaros en sus dedos. Ésta tiene uno en su mano derecha entre los dedos primero y segundo.
Salamanquesa común con la cola totalmente amputada |
Volviendo al sábado por la mañana, no hay nada muy espectacular que contar, únicamente que ya se nota la migración postnupcial y se empiezan a ver currucas zarceras, mosquiteros musicales, tarabillas norteñas, etc. Ninguno de los que están llegando se dejaron fotografiar, sin embargo sí que algunos de los que en breve marcharán posaron para la cámara.
Alcaudón común juvenil (Lanius senator) |
El mismo individuo miraba a un lado y a otro en busca de insectos |
Medio oculta en una coscoja, una curruca tomillera (Sylvia conspicillata) se acicalaba el ala |
El fuerte viento, permitía a esta águila culebrera (Circaetus gallicus) permanecer inmóvil en el aire |
Si el frío no es muy fuerte este invierno, al minúsculo buitrón (Cisticola juncidis) lo podremos seguir viendo todo el año, siempre en zonas con vegetación herbácea alta.
Un pequeñísimo buitrón posado en una enea |
Como hacía algo de viento, algunos insectos evitaban levantar el vuelo y permitían acercamientos para observar con detalle la complejidad de sus cuerpos.
Mariposa Pseudotergumia fidia o festón blanco. De buen tamaño y alas oscuras habita en zonas con encinas y coscojas confiando en su camuflaje |
Cara al viento, esta libélula, posiblemente una hembra de Sympetrum fonscolombii descansaba |
Y termino con lo que podría parecer el paso de un arado, pero que en realidad es el rastro que deja el paso de una excavadora viviente: el jabalí (Sus escrofa). Tierra removida y piedras levantadas es una señal de que han pasado buscando bulbos, raíces, lombrices e insectos.
Terreno removido y piedras levantadas por jabalíes |
SALAMANQUESA, ALCAUDÓN, BUITRÓN, CURRUCA TOMILLERA, ÁGUILA CULEBRERA, LIBÉLULA Y MARIPOSA
Aunque el sábado no era el día más propicio para salir al monte, porque estamos en época de media veda, no quería dejar pasar una nueva oportunidad de disfrutar de pasear al fresco de la mañana.
Realmente ya la noche anterior, empecé retratando protagonistas vivos, y nos llamó la atención una salamanquesa (Tarentola mauritanica) de buen tamaño, aunque con lA cola cortada casi desde su base. Algún autillo, mochuelo o culebra se quedó sólo con la mitad de la cena que esperaba. Incluso sin tenerla en la mano, gracias al zoom de la cámara se aprecia algo habitual en las salamanquesas: la presencia del ácaros en sus dedos. Ésta tiene uno en su mano derecha entre los dedos primero y segundo.
Salamanquesa común con la cola totalmente amputada |
Volviendo al sábado por la mañana, no hay nada muy espectacular que contar, únicamente que ya se nota la migración postnupcial y se empiezan a ver currucas zarceras, mosquiteros musicales, tarabillas norteñas, etc. Ninguno de los que están llegando se dejaron fotografiar, sin embargo sí que algunos de los que en breve marcharán posaron para la cámara.
Alcaudón común juvenil (Lanius senator) |
El mismo individuo miraba a un lado y a otro en busca de insectos |
Medio oculta en una coscoja, una curruca tomillera (Sylvia conspicillata) se acicalaba el ala |
El fuerte viento, permitía a esta águila culebrera (Circaetus gallicus) permanecer inmóvil en el aire |
Si el frío no es muy fuerte este invierno, al minúsculo buitrón (Cisticola juncidis) lo podremos seguir viendo todo el año, siempre en zonas con vegetación herbácea alta.
Un pequeñísimo buitrón posado en una enea |
Como hacía algo de viento, algunos insectos evitaban levantar el vuelo y permitían acercamientos para observar con detalle la complejidad de sus cuerpos.
Mariposa Pseudotergumia fidia o festón blanco. De buen tamaño y alas oscuras habita en zonas con encinas y coscojas confiando en su camuflaje |
Cara al viento, esta libélula, posiblemente una hembra de Sympetrum fonscolombii descansaba |
Y termino con lo que podría parecer el paso de un arado, pero que en realidad es el rastro que deja el paso de una excavadora viviente: el jabalí (Sus escrofa). Tierra removida y piedras levantadas es una señal de que han pasado buscando bulbos, raíces, lombrices e insectos.
Terreno removido y piedras levantadas por jabalíes |
AGUILUCHO LAGUNERO JUVENIL DE CAZA Y NIDO DE AZOR
Antes de irnos fuera unos días, aproveché en Santorcaz para controlar un nido de azor (Accipiter gentilis) con tres pollos, que descubrí hace un par de semanas. Esta publicación saldrá pasado varios días desde la visita, así que aún sin desvelar el lugar del nido, con estos días de margen los pollos ya habrán abandonado el nido, por si acaso.
Pero el día empezó, como últimamente, desde mi oteadero favorito, donde pronto descubrí un lejano zorro (Vulpes vulpes), que desapareció rápidamente entre la vegetación.
Zorro con el pelaje de verano, que le da un aspecto de chacal |
También detecté varios aguiluchos laguneros juveniles (Circus aeroginosus) cazando insectos. Como aún no deben ser expertos cazadores, la técnica consistía en escarbar y picotear aquí y allá, como si fueran gallinas. Como inexpertos que son, también me pude acercar un poco.
Aguilucho lagunero joven buscando invertebrados en el rastrojo |
Tras un poco de picoteo, alzó el vuelo, mostrando un plumaje anormalmente oscuro |
Al siguiente protagonista no fue gracias a los prismáticos como lo detecté, si no por el olfato. Un pestilente olor rodeaba el ambiente y en la cuneta, estaba la causa: un corzo (Capreolus capreolus) yacía atropellado.
Hembra de corzo atropellada |
En la cuneta, cerca del corzo, varias lagartijas colilargas (Psammodromus algirus) tomaban el sol, supongo que a la espera de algún insecto.
Lagartija colilarga, mostrando sus típicas franjas longitudinales claras |
Después ya llegué al nido de azores, y allí estaban los tres hermanos, silenciosos, pero vigilantes, y quietos como si fuesen ramas. Como mantuve la distancia, allí se quedaron, espero que días después ya se atrevan con sus primeras excursiones.
Nido de azor, sobre él, a izquierda y derecha, se encuentran dos juveniles que ya han abandonado el nido |
Detalle del individuo de la izquierda |
También me entretuve con un águila culebrera (Circaetus gallicus). Ésta tenía un plumaje diferente a la pareja que había visto días atrás, así que probablemente Santorcaz se encuentre en el límite de varios territorios de águilas culebreras.
Imagen donde se aprecia con detalle el plumaje barrado de este individuo |
A medio sol, se aprecia la capucha oscura, que la diferencia de otros, individuos vistos por Santorcaz |
Ya no dio el día para mucho más, sólo para lo que iba surgiendo de camino de vuelta a casa.
Buitrón (Cisticola juncidis) en un trigal, tan pequeño y ligero que una caña de una hierba sostiene su peso |
El mismo individuo, mirando curioso al fotógrafo |
Conejo (Oryctolagus cunniculus) a la sombra en un camino |
Perdiz (Alectoris rufa) a la carrera en un olivar |
Pinzón vulgar macho (Fringilla coelebs) en un olmo seco |
AGUILUCHO LAGUNERO JUVENIL DE CAZA Y NIDO DE AZOR
Antes de irnos fuera unos días, aproveché en Santorcaz para controlar un nido de azor (Accipiter gentilis) con tres pollos, que descubrí hace un par de semanas. Esta publicación saldrá pasado varios días desde la visita, así que aún sin desvelar el lugar del nido, con estos días de margen los pollos ya habrán abandonado el nido, por si acaso.
Pero el día empezó, como últimamente, desde mi oteadero favorito, donde pronto descubrí un lejano zorro (Vulpes vulpes), que desapareció rápidamente entre la vegetación.
Zorro con el pelaje de verano, que le da un aspecto de chacal |
También detecté varios aguiluchos laguneros juveniles (Circus aeroginosus) cazando insectos. Como aún no deben ser expertos cazadores, la técnica consistía en escarbar y picotear aquí y allá, como si fueran gallinas. Como inexpertos que son, también me pude acercar un poco.
Aguilucho lagunero joven buscando invertebrados en el rastrojo |
Tras un poco de picoteo, alzó el vuelo, mostrando un plumaje anormalmente oscuro |
Al siguiente protagonista no fue gracias a los prismáticos como lo detecté, si no por el olfato. Un pestilente olor rodeaba el ambiente y en la cuneta, estaba la causa: un corzo (Capreolus capreolus) yacía atropellado.
Hembra de corzo atropellada |
En la cuneta, cerca del corzo, varias lagartijas colilargas (Psammodromus algirus) tomaban el sol, supongo que a la espera de algún insecto.
Lagartija colilarga, mostrando sus típicas franjas longitudinales claras |
Después ya llegué al nido de azores, y allí estaban los tres hermanos, silenciosos, pero vigilantes, y quietos como si fuesen ramas. Como mantuve la distancia, allí se quedaron, espero que días después ya se atrevan con sus primeras excursiones.
Nido de azor, sobre él, a izquierda y derecha, se encuentran dos juveniles que ya han abandonado el nido |
Detalle del individuo de la izquierda |
También me entretuve con un águila culebrera (Circaetus gallicus). Ésta tenía un plumaje diferente a la pareja que había visto días atrás, así que probablemente Santorcaz se encuentre en el límite de varios territorios de águilas culebreras.
Imagen donde se aprecia con detalle el plumaje barrado de este individuo |
A medio sol, se aprecia la capucha oscura, que la diferencia de otros, individuos vistos por Santorcaz |
Ya no dio el día para mucho más, sólo para lo que iba surgiendo de camino de vuelta a casa.
Buitrón (Cisticola juncidis) en un trigal, tan pequeño y ligero que una caña de una hierba sostiene su peso |
El mismo individuo, mirando curioso al fotógrafo |
Conejo (Oryctolagus cunniculus) a la sombra en un camino |
Perdiz (Alectoris rufa) a la carrera en un olivar |
Pinzón vulgar macho (Fringilla coelebs) en un olmo seco |
PRADERAS, DEHESAS Y CHARCAS DE BROZAS
Hace ahora un año, y a poca distancia de donde estuvimos esa vez, hemos vuelto a pasar una semana en familia en la provincia de Cáceres. En esta ocasión hemos estado en Brozas, un pueblo ganadero rodeado de pastos, dehesas y alguna zona húmeda.
Como no puede ser de otra manera en cualquier conjunto monumental en Extremadura, el casco urbano de Brozas, acoge una gran población de cigüeñas, cernícalos primillas, aviones roqueros, grajillas, vencejos, etc.
El canto de los gallos, el balido de corderos y el cencerro de terneros me despertaron el sábado, así que no tuve ni que esperar a que sonase el despertador para levantarme. Nada más salir del pueblo, las praderas infinitas, los grandes herbívoros pastando, las cigüeñas comiendo saltamontes, los milanos patrullando y los afloramientos graníticos, me recordaron las praderas Y kopjes del Serengueti.
En estas tierras abiertas, los aláudidos alegran el paseo con sus cantos y algunos individuos incluso no temen al hombre.
También otros pájaros se dejan ver, sobre todo en zonas con más presencia de agua.
Tras algo más de una hora de paseo llegué a una zona de dehesa de encina y algún alcornoque. En seguida hicieron su aparición otras especies más forestales, o aunque también de zonas abiertas, al tener escondites cercanos, se dejaban acercar algo más.
Como aún era temprano, no sólo pude disfrutar con pájaros, y un zorro (Vulpes vulpes) no me detectó, camuflado como iba yo con un sostenido viento de cara que ocultaba mi olor y mi ruido.
La ruta marcada volvía siguiendo la Rivera del Jumadiel, un arroyo medio seco aunque con pozas que servían de supermercado de ranas y peces a varias aves pescadoras, que tampoco me oían llegar. Tan de cerca me salían y tan desprevenido me cogían, que no me daba tiempo a enfocar en condiciones.
De vuelta, llegando a Brozas, también el suelo me deparó una pequeña joya.
Tras reponer fuerzas con bollería artesanal de la casa rural en la que nos alojábamos, ya con toda la familia, nos acercamos a la charca de las afueras de Brozas. Decenas de paisanos pescaban tencas, trofeos que debían compartir con pescadores profesionales a tiempo completo.
La hierba circundante y unas cuantas garrapatas que vimos en nuestros pantalones, nos hicieron desistir de rodear la charca, así que ahí acabaron las actividades naturalísticas de ese estupendo fin de semana.
Extensas praderas rodean al monumental pueblo de Brozas |
Un vencejo común (Apus apus) quiso robar protagonismo a una altiva cigüeña blanca (Ciconia ciconia) |
Avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) descansando |
Cernícalo primilla (Falco naumanni) en vuelo cernido, con la cola extendida y las álulas apuntadas |
Ganado pastando junto a algo parecido a los kopjes africanos |
Avutardas en vuelo (Otis tarda) junto al ganado |
Una avutarda más cercana |
Cigüeñas blancas salían de sus campanarios en busca de alimento |
Abundantísimos, los milanos negros (Milvus migrans) no dejaban de buscar comida |
Cogujada ¿montesina? (Galerida theklae) |
El mismo individuo, con mejor iluminación |
Calandria (Melanocorypha calandra) |
Buitrón (Cisticola juncidis) abundante en juncales y herbazales altos |
Juvenil de carbonero común (Parus major) fuera de su hábitat típico, aunque la presencia de agua probablemente lo llevó a zonas abiertas |
Alcornoque a la izquierda, de color más vivo, y encinas al fondo más apagadas |
Abejaruco (Merops apiaster) en una cancela |
Abubilla (Upupa epops) también en en una cancela |
Alcaudón común (Lanius senator) |
Alcotán (Falco subbuteo), aunque borroso, aparece ya que no es un ave que vea a menudo |
Tarabilla común macho (Saxicola torquata) |
Con el hocico pegado al suelo, buscaba el rastro de sus presas |
Como el sol ya calentaba, durante unos instantes descansó a la sombra |
Cigüeña blanca despegando a escasos metros |
Una escasa cigüeña negra (Ciconia nigra) también me salió muy cerca |
Garza real (Ardea cinerea) a la que también sorprendí |
Julodis onopordi, un brillante escarabajo |
Primas cercanas, una cigüeña y una garza pescaban sin molestarse |
Pareja de somormujos lavancos (Podiceps cristatus) |
PÁJAROS MIGRATORIOS Y CIELOS TORMENTOSOS
Tras algunas semanas y después del periplo gallego, tenía ganas de volver por Santorcaz, para no perderme el final del verano, y por tanto el paso de las aves migratorias a sus cuarteles de invernada.
El domingo al atardecer, Lucía y yo tomamos el Camino de Corpa, barruntando que el cielo estaría plagado de oportunidades por las tormentas que se levantaban. Así fue y desde el principio vimos que estábamos rodeados:
Hacia Corpa, al Sur, se veía que una tormenta descargaba lluvia con fuerza |
Hacia la Sierra, al Norte, otras nubes tormentosas se arremolinaban sobre las montañas |
Viendo que los focos de tormenta estaban lejos, continuamos disfrutando del paisaje, sabiendo que al atardecer, el espectáculo sería aún más colorido.
Sobre las encinas, al Sureste se levantaban a la vez el arco iris y la super-luna |
Al Norte, seguían creciendo los cúmulonimbos |
Finalmente, el sol se puso e iluminó todo este espectáculo desde abajo.
Al Oeste el sol se puso filtrándose entre nubes sueltas |
Al Sureste, la tormenta se incendió desde abajo |
De bichos, vimos pocos la verdad, pero destacó un grupo de unas veinte collalbas grises que en los rastrojos descansaban protegiéndose del fuerte viento.
El lunes por la mañana, apurando mis vacaciones salí a dar una vuelta, y efectivamente pude comprobar que en estas semanas la diversidad de pequeñas aves es enorme: aún quedan reproductoras y se suman pájaros migradores, por lo que la comunidad avifaunística, prácticamente cambia cada semana.
Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) entre cicutas, uno de los migrantes transaharianos que sólo se ve en paso |
Tarabilla norteña (Saxicola torquata) con su marcada ceja blanca, migrante como el anterior |
Alcaudón común joven (Lanius senator) que es reproductor en Santorcaz, aunque pronto nos abandonará |
Buitrón (Cisticola juncidis) sobre un carrizo, que se puede encontrar todo el año |
Colirrojo tizón (Phoenichrusus ochrurus) un reproductor habitual |
Para ver currucas zarceras (Sylvia communis), especie de paso, esta es la mejor época, mientras que los mejores lugares vienen sugeridos por su apellido: las zarzas |
Como siempre, los papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca) son muy abundantes en esta época, cuando pasan tranquilamente |
Además de los que salieron en fotos, pude ver otros migradores como mosquiteros musicales y papamoscas grises, así que ¡hay que estar atentos!