NIDO DE COLIRROJO Y AYUDA A UNO DE SUS POLLITOS

Publicado en: Naturaleza en Santorcaz y otras tierras... por Alfredo Doncel Moratilla. Texto original

El pasado viernes, nada más abrir la puerta de casa, un volantón de colirrojo tizón (Phoenichrurus ochrurus) nos sorprendió al intentar salir del nido y quedarse colgado con una pata enredada. Tuvimos que hacer un rescate de urgencia que encantó a los niños, pero la historia había empezado algunas semanas antes.

A los pies del ángel, el pollito, y sobre la cabeza la madre con alimento en el pico.
Parece que no sólo su madre cuida de él

Desde el primer año en que construyeron la casa, hay un nido de golondrina encima de la puerta de entrada. http://bichosalfredodoncel.blogspot.com/2015/07/un-nido-de-golondrinas-en-casa.html Antes de que la parra eche hojas, en abril siempre hay un intento de puesta de huevos. Este año, después de que una pareja de golondrinas arreglase el nido, un día descubrimos huevos rotos en el suelo. A los pocos días, tras ver una hembra de colirrojo tizón salir del nido, comprobé que había usurpado el nido a las golondrinas y había puesto tres huevos.

Los tres huevos, en el nido con una mullida base de pelos... pero que son un peligro cuando se enredan

Pues bien, este fin de semana fue cuando descubrimos al último de los pollos que no podía salir del nido porque se le había anudado un pelo a la pata, causándole una gran herida. Le cortamos el pelo y se lo desenredamos, echando desinfectante en la herida. 

Momento antes de cortar el pelo enredado en el nido y donde se ve la gran herida que tenía en la pata

Volvimos a poner el polluelo en el nido, y para nuestra sorpresa se quedó en el nido, aunque sabía volar porque se me escapó de las manos en el pasillo de casa.

Aparentemente tranquilo en el nido tras liberarle
 

Antes del anochecer una algarabía de piídos nos levantaron de la mesa y comprobamos cómo la madre, llamaba insistentemente a su hijo sin darle de comer hasta que por fin se lanzó a volar y desaparecieron por encima del tejado. 

No sabíamos qué sería de ese pequeño pollito herido, pero nos quedamos con la idea de que habíamos hecho todo lo posible. 

A la mañana siguiente, otra sorpresa, en el patio, al pie del granado un hormiguero lanzaba miles de hormigas de alas al aire.