Publicado en: Comunidad ISM » Blogs por Santiago Molina Cruzate. Texto original
Llevo tiempo diciendo que la Evaluación Ambiental vive un momento dulce y que la capacidad para entender y planificar la afección de proyectos y obras es a día de hoy habilidad muy demandada y un campo de desarrollo profesional en permanente ebullición.
Una clara apuesta por la profesionalización de los equipos de redacción de Estudios de Impacto Ambiental, la dificultad para encontrar profesionales cualificados en el seguimiento y vigilancia ambiental de determinados proyectos y el imparable empuje de las energías renovables (esta semana se celebra la subasta de renovables en un modelo en que fotovoltaica y eólica cubrirán de partida 2.000 de los 3.000 megavatios subastados), han desencadenado una considerable actividad en este sector donde la demanda de talento y el protagonismo de perfiles de máxima especialización y actualización de conocimientos es cada vez más evidente.
Una muestra de la agitación del sector y de lo necesario de contar con profesionales que conozcan a la perfección el procedimiento de Evaluación Ambiental es la reciente publicación del Real Decreto-ley 36/2020, de 30 de diciembre, por el que se aprueban medidas urgentes para la modernización de la Administración Pública y para la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Este RDL incorpora, en su disposición final tercera, cambios significativos en la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental, con el principal objetivo de agilizar distintas fases del procedimiento de evaluación ambiental a base de, entre otras cuestiones, reducir los plazos asociados a la formulación de la declaración de impacto ambiental o la elaboración del documento de alcance.
El equipo de AmbiNor ha elaborado una interesante tabla resumen que detalla esta reducción de plazos en cada uno de los tipos de Evaluación Ambiental y que os invito a consultar y conocer:
Modificación de los plazos en la tramitación de evaluación ambiental
Promotores y agentes implicados no se pueden permitir incertidumbres y buscan hoy más que nunca el apoyo de empresas y equipos consolidados que les ayuden a identificar y minimizar la repercusión ambiental del proyecto y, acaso más importante, a anticipar el tiempo que puede demorarse su puesta en marcha.
Si a esta circunstancia le sumamos una constante actualización legislativa a nivel autonómico (de la que son buen ejemplo la publicación de la Ley 2/2020, de 7 de febrero, de Evaluación Ambiental de Castilla-La Mancha o, más recientemente, la aprobación del texto refundido de la Ley de evaluación ambiental de las Illes Balears), el resultado es que el horizonte profesional asociado a la redacción de Estudios de Impacto Ambiental y a la vigilancia y seguimiento ambiental de proyectos y obras está en auge.
La consecuencia de esta situación era previsible: escasez de perfiles especializados y consultoras y equipos de redacción buscando seleccionar profesionales con conocimiento y deseable experiencia en el ámbito de la Evaluación Ambiental que además aporten valor. Un escenario deseado que confiemos sirva de impulso para otros perfiles afines que nos ayuden a hacer real esta necesaria transición ecológica que ha comenzado ya.
Ojalá.
Santiago Molina Cruzate, biólogo y Director de Programas Executive en el Instituto Superior del Medio Ambiente, es docente del curso Especialista en Evaluación Ambiental y Aplicación de Medidas Correctoras
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