Publicado en: Only birds por Carmen Azahara. Texto original
Esta última semana no hemos podido progresar en el marcaje debido al mal tiempo, tan propio de estos lares en esta epoca del año (y en cualquier otra estación, para ser honestos). Pero como siempre hay algo que hacer, hemos aprovechado el tiempo trabajando en el tratado de los datos recolectados. Por cada individuo, además de la información común que se recoje en un anillamiento, hemos estandarizado un conjunto de fotografías centradas en diversos aspectos de cada especie que nos interesa para el estudio y el uso de luz UV para corroborar el datado según la muda mostrada.
La muda de las plumas en este tipo de aves ocurre en una secuencia determinada dentro de cada especie, variando desde el reemplazo anual por completo o casi por completo de todas las plumas de vuelo en algunas especies hasta un proceso mas largo que puede llevar al animal de 3 a 6 años el renovar todas sus plumas. La secuencia en que cada especie lleva a cabo este proceso en las plumas primarias y secundarias es relativamente predecible, por lo que gracias a ello podemos asignar con precisión la edad de los individuos hasta la tercera o cuarta generación de plumas segun la estrategia de muda de cada especie.
Sin embargo, puede resultar difícil distinguir las diferencias sutiles entre plumas de tercera o cuarta generación, especialmente de noche y con luz artificial. La luz ultravioleta entra en juego este caso como nuestra aliada para mejorar y corroborar la detección de las diferentes generaciones de plumas que hacemos a ojo desnudo. Y esto ocurre gracias a las porfirinas.
¿Pero qué son las porfirinas?
Las porfirinas son un gran grupo de pigmentos caracterizados por anillos de pirol que contienen nitrógeno. Porfirinas que todos conocemos son la clorofila y la hemoglobina. Muchas aves usan las porfirinas para pigmentar las cáscaras de los huevos, pero solamente 13 órdenes de aves usan porfirinas como pigmento para el plumaje, especialmente los búhos.
Las porfirinas se destruyen fácilmente con la exposición a la luz solar, por lo que son más abundantes en las plumas nuevas que en las viejas. Estas porfirinas emiten una fluorescencia intensa cuando son expuestas a la luz ultravioleta. La mayoría de las porfirinas naturales contienen hierro, aunque otras pueden estar basadas, por ejemplo, en el cobre, como la turacoverdina, que produce una coloración verde intensa en aves como los turacos.
En el caso de la foto de arriba, teneis el ala de una lechuza bajo la luz UV. Como veis, la nueva pluma primaria destaca por ser más rosada que el resto (al ser más nueva, la cantidad de porfirirnas es más elevada). En la foto de abajo tenéis al mismo individuo bajo la luz de nuestros frontales. Si os fijáis bien, veréis que la misma pluma primaria es diferente con respecto a las otras, pero la diferencia es muy sutil. Nada comparado con lo evidente que resulta con la luz UV.
Ya habíamos utilizado la luz ultravioleta con anterioridad en otros proyectos, por lo que nos pareció una herramienta de gran utilidad para la toma de datos al trabajar con rapaces nocturnas. Si queréis leer más al respecto, os recomiendo el articulo "Use of Ultraviolet Light as an Aid in Age Classification of Owls" publicado en The Wilson Journal of Ornithology (Mayo 2011) y en el que me he basado para hablaros de este tema en esta entrada. También podéis echar un vistazo a mi anterior post sobre las 3 clases de pigmentos que las aves usan para la coloración de sus plumas.
Espero que el "Scottish weather" nos dé una tregua para seguir trabajando con estas aves tan maravillosas y que tanto necesitan de nuestra atención para protegerlas de su actual declive.
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