Publicado en: Más allá de la ciudad por Fran Mercader Román. Texto original


     Dentro del núcleo urbano de Calpe (Alicante) nos encontramos esta laguna salada que se formó hace millones de años, que ha sido explotada durante cientos de años como industria salinera y que ahora constituye una de las zonas húmedas protegidas más característica de la provincia. 

       A diferencia de otras salinas como las de Santa Pola o Torrevieja, esta ya no se usa como tal, puesto que dejó de funcionar en 1988 y ahora se conserva la lámina de agua por su importancia ecológica, ya que es el hábitat de numerosas especies animales, especialmente aves

Las aves conviviendo con los rascacielos
    La presión urbanística que tiene la laguna es más que evidente. Solo al norte de las salinas podemos observar algo de vegetación que sirve como refugio para aves y animales terrestres y un respiro para aquellas que utilizan la laguna como refugio y para anidar. 

     Sin embargo, al sur de ésta nos encontramos una barrera de edificios de altura más que considerable que nos impiden ver el mar, estando a escasos 100 metros de él. Y los que quedan. Ya que este año se ha suprimido las restricción de altura a los edificios u hoteles cercanos a la laguna. De manera que Calpe está siguiendo el modelo de Benidorm sin tener en cuenta este espacio natural de gran valor


      La desconexión con el otro gran espacio natural de Calpe, el penyal d'Ifac, es incuestionable con imágenes como estas. Imágenes que a muchos gustarán, pero a los que amamos la naturaleza nos horrorizan, ya que nos ponemos en el lugar de esas aves que han utilizado y utilizan esta laguna como descanso, nidificación y en definitiva, como su casa, y el ser humano las ahoga cada vez más


Garza real (Ardea cinerea) sobrevolando la laguna
     Una de las aves más llamativas de las salinas es el flamenco común, puesto que lo podemos encontrar durante todo el año en este espacio natural. Pero también encontramos grandes grupos de gaviota reidora (más pequeña y menos abundante que su hermana mayor, la patiamarilla) y ejemplares de gaviota reidora, gaviota de Audouin, cigüeñuela común o cormorán grande (situado normalmente en los postes de madera que sobresalen en el interior de la laguna) y así hasta 173 especies registradas

Ruta 

      Respecto a la ruta que podemos hacer para observar de cerca esta laguna, es muy sencilla. Podemos hacerla en coche (la carretera está pegada al agua, literalmente), a pie, o en bicicleta

Mirador situado al norte de las salinas
        Solo al norte de ésta, existe una senda natural que se adentra en un pequeño bosque mediterráneo y que nos lleva hasta un mirador de madera donde poder observar estas aves si disponemos de unos prismáticos o de un teleobjetivo en nuestra cámara, ya que son animales salvajes y suelen estar en medio de la laguna, lo más lejos del ser humano posible. 

Grupo de flamenco común (Phoenicopterus roseus) descansando en las salinas
     Otra de las opciones es hacerla en bicicleta, ya que nos podremos mover por ambos medios (asfalto y tierra) sin dificultad alguna. 


     Aquí os dejamos la ruta si queréis hacerla andando (hay tramos al oeste que es complicado pasar en bici por la gran cantidad de vegetación que hay, pero podéis salir a la carretera y seguir por ella). 

    Si queréis saber más sobre estas salinas, explotadas desde la época romana, podéis hacerlo aquí, donde explican detalladamente la historia de este lugar.

Cómo llegar

     Hemos puesto un indicativo en Google para que podáis llegar fácilmente al inicio del camino que nos lleva al mirador. Además aquí podréis dejar el coche fácilmente ya que en esa calle hay sitio de sobra. 


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