Si desaparecen las abejas, ¿me quitan la mermelada?

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Las abejas melíferas (Apis mellifera) trabajan toda su vida, siendo esencial su labor para la propia humana, ya que más de dos tercios de los vegetales que comemos proceden de las labores de estas polinizadoras. Actualmente, se cree que existen, aproximadamente, unas 20.000 especies de abejas encargadas de todo este proceso a lo largo del planeta.
 
Sin embargo, su normal vida está siendo alterada en los últimos años.Una especie invasora, bastante agresiva, la avispa asiática (Vespa velutina nigritorax), ha desembarcado en las costas de Cataluña y el Levante, procedentes de las lejanas tierras de China. Éstas, pueden llegar a asesinar con sus pinzas a 10 de nuestras abejas en un solo día. Del mismo modo, otros elementos han ido también apagando la vida de estos insectos tan importante para la vida en la Tierra, insecticidas usados en los campos agrícolas de manera indiscriminada o parásitos que se introducen en las abejas y aumentan su mortalidad, son algunas de ellas.
 
Por este motivo, el número de abejas autóctonas está descendiendo progresivamente a un ritmo alarmante. Se estima que el número de abejas ha caído en los países europeos en más de un 30% en los últimos años y hasta un 80% en países del sudeste asiático.
 
El reto del futuro es acabar con las causas de la mortandad de ellas y de otros insectos polinizadores, principalmente, de las especies invasoras o de los insecticidas. Sin embargo, también hay que enfrentarse a los efectos causados por el cambio climático o evitar el uso de semillas transgénicas. En España, por ejemplo, las consecuencias del cambio climático, como la subida de la temperatura media anual y la escasez de las precipitaciones están provocando cambios en los ciclos biológicos del brezo (Erica arborea) y de otras especies florísticas de las que las abejas extraen el polen.
 
La falta de polinización conlleva, también, que las empresas vean peligrar la comercialización de sus productos, por ejemplo, de los árboles frutales (manzanos, cerezos, almendros, etc.), de los cuáles extraemos toneladas de frutas para nuestro consumo y del que se fabrican diversidad de productos, como la mermelada.
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Por ello, algunas empresas, como el Grupo Hero, están llevando a cabo acciones y medidas propositivas muy específicas que pretenden proteger la vida de nuestras abejas, como la denominada iniciativa “Bee Careful®”, basada en tres ejes principales: la investigación, la comunicación en centros educativos y el apoyo económico y técnico a los apicultores, dándole importancia a la actividad que tienen tanto para la sostenibilidad ambiental y la biodiversidad, como para nuestra alimentación y el mantenimiento de nuestros cultivos. Además, se están desarrollando proyectos muy concretos focalizados en la labor de nuestros agricultores y apicultores a lo largo de toda España, poniendo más hincapié en zonas como la Región de Murcia, donde se concentran bastantes de nuestros frutales y donde, por tanto, la labor apícola es más necesaria.
 
En definitiva, si no queremos quedarnos sin mermelada o miel para nuestras tostadas, tenemos que evitar las plagas de parasitos que acechan, prevenir la aparición de especies invasoras o erradicar cualquier causa que pueda ser una amenaza para la la vida de nuestras abejas. En este sentido, tanto administraciones como empresas, ONGs y ciudadanos, tenemos que estar unidos e implicarnos en la protección de las mismas. De nuestras acciones conjuntas depende no sólo que sigamos  untándonos mermelada en la tostada, sino que la vida en la Tierra se siga desarrollando como la conocemos hoy en día.
 
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