Publicado en: ambientologos por Ambientólogos. Texto original

Que todo el mundo sepa que en México se desaparece, asesina y sensura gente. Periodistas, activistas, estudiantes, ecologistas, viven una realidad diaria en la que lo que esta en juego es su vida.

Ante los acontecimientos ocurridos en las últimas semanas a los compañeros normalistas de Ayotzinapan, Guerrero, México. Nos solidarizamos con su grito de justicia.

Para ellos las siguientes lineas:

¿Será la luna llena la que agita mis brazos?

¿Será su efecto en mi sangre el que voltea todas las sabanas?

¿Será ese resplandor el que provoca el insomnio?

¿Sabe?

Aveces es mejor estar despierto que dormido.

No se si uste’ le pase. Pero por las noches escucho balas, escucho gritos, escucho llantos.

Me he cerciorado de que no provengan debajo de la cama, del closet o de la calle.

Los he escuchado tan dentro que se siente vivo.

Me he cerciorado de que no sean goteras, camiones, gatos o la fiesta del vecino.

Los he escuchado tan vivos que se sienten propios.

Hay noches en que no solo es la luna, no solo es mi humor.

No le hablo de fantasmas, de subidas de muerto o de brujerías.

Le hablo de voces, de nombres y de acciones reales.

No le hablo de pesadillas, de sueños o de fantasías.

Le hablo de Atlixko, de Puebla, de México, de la frontera y de sus geografías.

¿Acaso uste’ no lo ha escuchado?

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Para las miles de almas que padecen de trata de blancas en Atlixko, en Puebla, en Tlaxcala y el Mundo.

Para las 6 de cada 10 vaginas migrantes profanadas en tierra Mexica durante su tortuoso viaje al “sueño americano”.

Para los millones de desplazados por la guerra.

Para los cientos de asesinados a sangre fría a manos de los sin sangre.

Para los llantos hijos de las balas.

Para las familias y amigos de los normalistas en lucha por una educación para todos y todas.

Para … (los millones de puntos suspensivos: sin nombre, sin historia, sin geografía, y sin registro)

Para todos ellos, sepan que habemos muchos que no podemos dormir.

Que no es la luna, ni los sueños, ni los fantasmas.

Que son sus llantos y sus gritos lo que nos roba el sueño.

Masasiui Tenorio


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