Hola amigos, hoy toca hablar del, siempre maravilloso y no menos sorprendente, reino animal, más en concreto de la abubilla (Upupa epops, Linnaeus) porque según un experimento, publicado en la revista Journal of Animal Ecology, realizado por científicos de la Universidad de Granada y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se ha descubierto que estas aves recubren sus huevos con una grasa que ellas mismas segregan, cargada de bacterias mutualistas, y que es retenida por una estructura especializada de la cáscara, aumentando así el éxito de eclosión.
Autor de la imagen Joaquim Coelho

La asociación mutualista con bacterias es ya conocida en otras especies como las hormigas cultivadoras de hongos, los camarones, las langostas, los calamares, las avispas, o las salamandras. Sin embargo, hasta la fecha, la abubilla es la única especie de ave conocida que presenta este comportamiento para proteger sus huevos de infecciones por patógenos.
Para realizar este experimento, se impidió que un grupo de hembras de abubilla secretara sobre sus huevos esta sustancia, la cual es cultivada por ellas mismas en el interior de una glándula denominada uropigial. Así los investigadores pudieron observar.
  • Que en los nidos donde se impidió a las hembras secretar esta sustancia sobre los huevos, existía un número mayor de bacterias patógenas en los huevos no eclosionados, que en los no eclosionados en los nidos donde sí se permitió el uso de esta secreción. De lo que se puede deducir que la sustancia dificulta la entrada de patógenos al interior del huevo.
  • Que no sólo la secreción en sí misma, sino más en concreto las bacterias que se comprobó que producen bacteriocinas, los enterococos, son beneficiosas para los embriones en desarrollo, y que la cantidad de enterococos presente en las cascaras de los huevos y en las secreciones de las hembras, está directamente relacionada con el éxito de eclosión.
Hembra de abubilla usando la secreción uropigial para acicalarse las plumas.
Fuente: Journal of Animal Ecology

Gracias a este trabajo, también se ha descubierto que los huevos de las abubillas poseen múltiples cavidades diminutas, que no llegan a atravesar la cascara totalmente, lo cual es un rasgo único (ya que hasta el momento no se ha encontrado en otra especie de ave), y aparentemente tienen la finalidad de retener la secreción bacterianarecubriendo el huevo.
Actualmente, los científicos granadinos siguen trabajando para determinar en su totalidad la composición de la comunidad bacteriana que habita dentro de la glándula uropigial de las abubilllas, el modo de adquisición de estos simbiontes y el tipo de compuestos antimicrobianos capacitados para proteger a los embriones en desarrollo que son sintetizados por estas bacterias.
Los avances en esta línea permitirán una mayor comprensión del modo en el que funcionan las interacciones mutualistas entre animales y bacterias, y también podrían tener utilidad en medicina o en la conservación de alimentos, ya que se podrían detectar nuevas sustancias antimicrobianas.

Fuentes consultadas