La huella ecológica para emprender

La huella ecológica es un concepto que cada vez tiene más importancia para la actividad empresarial, dentro del marco de una sociedad que tiende hacia una progresiva concienciación de los retos que afronta. Se trata, ante todo, de un indicador que mide el impacto ambiental que la demanda humana tiene sobre los recursos que existen en el ecosistema.

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De forma más concreta y física, podemos definirla como el área de agua o tierra productivos ecológicamente (ya sean cultivos, tierra de pasto, áreas de bosque, ecosistemas acuáticos de los que se extrae la pesca u otros recursos) que son necesarios para que se generen los recursos que produce un ser humano, un grupo de seres humanos, o, en el caso de una empresa, una sociedad con fines de lucro. Actualmente se han añadido a esta definición original otros dos conceptos: el volumen de aire implicado en el proceso y contaminado o modificado por las actividades humanas, y también el espacio necesario para asimilar los residuos que producimos.

¿Cuál es el objetivo de este cálculo?

Básicamente, evaluar cuál es el impacto que tiene sobre el planeta un modo de vida o una forma de hacer las cosas, con el objetivo de compararlo con otros, e, idealmente, mejorarlo para que sea más respetuoso con el medio. De esta forma, la huella ecológica se ha convertido en uno de los indicadores más importantes en todos los estudios que se refieren a la sostenibilidad.

La huella ecológica nos ha permitido conocer datos muy importantes sobre los problemas que puede acarrear en el futuro nuestro modo de vida y consumo. Por ejemplo, según el informe Global Footprint Network, que calculó la huella ecológica media en los diversos países, en 2005 había en la tierra 2,1 hectáreas bioproductivas; sin embargo, cada habitante de la Tierra consumía recursos por un equivalente a 2,7, con una tendencia creciente (en 2003 eran 2,23). Esto nos indica que la economía, tal y como está planteada actualmente, está consumiendo recursos a un ritmo superior de lo que la capacidad del planeta puede regenerarlos.

¿Cómo se aplica esto al emprendimiento?

El cálculo de la huella ecológica nos permitirá, en primer lugar, ser conscientes del impacto de nuestra actividad en el medio ambiente. La cuantificación de la huella ecológica de nuestra organización, traslada a la sociedad un mensaje de compromiso con el medio ambiente, que genera beneficios en la propia organización. Tal y como comentamos para la huella hídrica, las cuantifiaciones relativas a la huella ecológica, deben ser periódicas, ya que nuestra organización no debe conformarse con aportar un dato puntual, sino que debemos aspirar a una reducción progresiva del impacto ambiental de nuestra organización.

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