Día: 4 de febrero de 2014

abejasagricultura ecológicamedio ambiente

Un viaje hacia el activismo 2014-02-04 16:30:00


¿Qué está pasando? Muchas abejas mueren, otras enferman, las hay que se desorientan y no son capaces de regresar a la colmena. Está ocurriendo en muchos lugares, pero sobre todo en Europa y en América del Norte. Proliferan las investigaciones, los informes, las campañas en defensa de las abejas... ¿Por qué tanto interés? 


En su vuelo de flor en flor en busca de alimento, las abejas transportan el polen y se convierten en un aliado esencial para la reproducción de muchas plantas. 

La inmensa mayoría de las plantas silvestres con flor y la tercera parte de los cultivos que nos alimentan son polinizados por animales, la mayoría insectos. Y las abejas (hay miles de especies) son el principal polinizador


Manzanas, peras, melocotones, almendras, aguacates, ciruelas, cerezas, fresas, tomates... una interminable lista de frutas y verduras son polinizadas por las abejas. 

Y también lo son otros cultivos, como la alfalfa, tan importante para la alimentación del ganado. Sólo en Europa, más de 4.000 cultivos dependen de la polinización.



Estos pequeños insectos nos dan una lección de ecología impresionante: 
Las consecuencias del declive de las abejas nos ponen delante de los ojos que la vida es una red compleja, dinámica –¡y fascinante!, a mi me lo parece– de relaciones entre plantas y animales (y microorganismos, y suelo, agua, aire, clima...). Lo que está ocurriendo también nos debería hacer pensar en nuestros alimentos más allá de la estantería del supermercado.



Este declive de las abejas tiene varias causas, pero las más importantes apuntan al modelo de producción agrícola: 

La agricultura intensiva provoca la pérdida
de biodiversidad en los campos


  • Los monocultivos han hecho que se pierda la diversidad en los campos y las abejas no pueden encontrar la variedad de alimentos que necesitan para mantenerse en buenas condiciones. 
  • El empleo de plaguicidas tóxicos las está envenenando. Hay un tipo especialmente dañino, los neonicotinoides, que afectan al sistema nervioso de las abejas y de otros insectos polinizadores.



Ahora la buena noticia 
Se ha conseguido que la Unión Europea prohíba cuatro de estos insecticidas tóxicos para las abejas, aunque son prohibiciones temporales y parciales. Es sólo un primer paso. Tenemos que lograr que se prohíban todos los plaguicidas tóxicos (que también afectan a los ecosistemas y a nuestra propia salud). 
Y hay que apoyar decididamente la agricultura ecológica que respeta la naturaleza, produce alimentos de calidad y saludables (sin sustancias tóxicas) y ¡sorpresa! genera mucho más empleo que la agricultura industrial.

¿Qué podemos hacer, qué puedes hacer tu?




abejasagricultura ecológicamedio ambiente

Un viaje hacia el activismo 2014-02-04 16:30:00


¿Qué está pasando? Muchas abejas mueren, otras enferman, las hay que se desorientan y no son capaces de regresar a la colmena. Está ocurriendo en muchos lugares, pero sobre todo en Europa y en América del Norte. Proliferan las investigaciones, los informes, las campañas en defensa de las abejas... ¿Por qué tanto interés? 


En su vuelo de flor en flor en busca de alimento, las abejas transportan el polen y se convierten en un aliado esencial para la reproducción de muchas plantas. 

La inmensa mayoría de las plantas silvestres con flor y la tercera parte de los cultivos que nos alimentan son polinizados por animales, la mayoría insectos. Y las abejas (hay miles de especies) son el principal polinizador


Manzanas, peras, melocotones, almendras, aguacates, ciruelas, cerezas, fresas, tomates... una interminable lista de frutas y verduras son polinizadas por las abejas. 

Y también lo son otros cultivos, como la alfalfa, tan importante para la alimentación del ganado. Sólo en Europa, más de 4.000 cultivos dependen de la polinización.



Estos pequeños insectos nos dan una lección de ecología impresionante: 
Las consecuencias del declive de las abejas nos ponen delante de los ojos que la vida es una red compleja, dinámica –¡y fascinante!, a mi me lo parece– de relaciones entre plantas y animales (y microorganismos, y suelo, agua, aire, clima...). Lo que está ocurriendo también nos debería hacer pensar en nuestros alimentos más allá de la estantería del supermercado.



Este declive de las abejas tiene varias causas, pero las más importantes apuntan al modelo de producción agrícola: 

La agricultura intensiva provoca la pérdida
de biodiversidad en los campos


  • Los monocultivos han hecho que se pierda la diversidad en los campos y las abejas no pueden encontrar la variedad de alimentos que necesitan para mantenerse en buenas condiciones. 
  • El empleo de plaguicidas tóxicos las está envenenando. Hay un tipo especialmente dañino, los neonicotinoides, que afectan al sistema nervioso de las abejas y de otros insectos polinizadores.



Ahora la buena noticia 
Se ha conseguido que la Unión Europea prohíba cuatro de estos insecticidas tóxicos para las abejas, aunque son prohibiciones temporales y parciales. Es sólo un primer paso. Tenemos que lograr que se prohíban todos los plaguicidas tóxicos (que también afectan a los ecosistemas y a nuestra propia salud). 
Y hay que apoyar decididamente la agricultura ecológica que respeta la naturaleza, produce alimentos de calidad y saludables (sin sustancias tóxicas) y ¡sorpresa! genera mucho más empleo que la agricultura industrial.

¿Qué podemos hacer, qué puedes hacer tu?




LICZEPA

Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (Almería)

Playa de Mónsul 
¿Cabo de Gata? Pero si allí no hay nada! 

     Esa fue la respuesta de mi padre cuando le dije que me iba de vacaciones por segunda vez a este paradisíaco lugar. Y la verdad es que no le falta razón, allí no hay nada, o prácticamente nada, pero ese es su encanto. 

     A la gente le gusta el bullicio, eso no es nada nuevo. Les gusta ir a la playa y sentir los pies del vecino en la cara, enterarse de lo que le pasó ayer a la maruja de turno y esquivar pelotazos y raquetazos cuando entras al agua. Y lo digo yo, que soy de Benidorm. 

      Pero si tu no eres de esos o sí, pero quieres descansar un poco de la ciudad y los atascos o de esas playas masificadas, Cabo de Gata es tu sitio (a no ser que vayas en julio y agosto que se parece mucho a Benidorm, o eso dicen). 

Playa del Arco 
      En 1987 se crea el Parque Natural Marítimo-Terrestre de Cabo de Gata-Níjar, primera reserva de estas características de Andalucía. Abarca 63 km de costa con acantilados, playas y calas de cantos y arena y unos fondos marinos catalogados entre los de mayor calidad del litoral mediterráneo español. Se trata de una zona volcánica árida, única en toda Europa. 

      Además esta zona es Reserva de la Biosfera, Red Natura 2000, Geoparque, ZEPA, Zona RAMSA, Lugar de Interés Comunitario (LIC), Zona de Especial Interés del Mediterráneo (ZEPIM), casi nada. Una protección que le ha salvado del boom inmobiliario de los últimos años (excepto el famoso caso del hotel del Algarrobico y el pueblo de San José, donde se siguen construyendo bungalows a día de hoy). 

    Os voy a hablar de las dos zonas que he visitado y conozco, la zona de Los Escullos y la zona de San José (Mónsul).

Los Escullos 

     En los Escullos, encontraremos varias playas y calas vírgenes, como la del Arco, de unos 350 metros de longitud y 40 de ancho, de arena y piedras pequeñas. Además, os podéis alojar en un camping que hay cercano llamado Los Escullos, en el cual me he alojado las dos veces que he ido a Cabo de Gata. 

Playa del Arco y al fondo dos domos andesíticos
     Además podremos observar varias dunas oolíticas fósiles (formadas hace 128.000 - 100.000 años). 

Dunas fosiles oolíticas de Los Escullos 

Castillo de San Felipe de los Escullos (s. XVIII) construido sobre las dunas oolíticas 

Playa de Mónsul 


      Esta playa virgen es una de las más conocidas del Parque. Es una playa de arena gris fina. Aquí se han rodado algunas películas como Indiana Jones, anuncios y videoclips musicales. Se accede desde el pueblo de San José, a través de un camino de tierra porque el que el coche, si es viejo, sufre un poco. También se puede ir en transporte público. 


     Aquí podremos observar con mayor claridad el origen volcánico del Parque. En la foto anterior vemos varias lenguas de lava que el mediterráneo ha ido erosionando y moldeando a su gusto. En la siguiente imagen, vemos otras formaciones volcánicas características, se llaman disyunciones columnares y están formadas por el enfriamiento lento de las coladas de lava. Se calcula que se formaron hace 12 millones de años.

Disyunciones columnares 
Erosión de las coladas de lava
     Tanto al sur como al norte de la playa Mónsul, encontraremos algunas calas cuyo difícil acceso hace que estén prácticamente vacías. Para llegar tendremos que bajar por barrancos pedregosos o nadando desde una cala contigua.

Cala entre El Barronal y El Mónsul 
     Por la noche, tenemos varias opciones, bajarnos a alguna playa a la luz de la luna llena, descansar en el camping u hotel donde estemos alojados o, ir al pueblo de San José, que es donde hay más ambiente y podemos comprar algo en sus tiendas "hippies" y cenar en alguno de sus restaurantes. 

     Respecto a la fauna, Cabo de Gata cuenta con una numerosa diversidad de invertebrados terrestres y marinos y un elevado número de endemismos, entre los que destacan los ortópteros, lepidópteros, coleópteros y neurópteros. También podemos observar bastante avifauna temporal o permanente y de ahí que esta zona este protegida como ZEPA.

La cogujada montesina (Galerida theklae) se deja ver bastante
También pudimos observar una pareja de águila calzada ( Hieraaetus pennatus)
     Estamos en la zona más seca de España, donde las precipitaciones son mínimas, por tanto la vegetación existente está adaptada a estas condiciones áridas. Escasea el estrato arbóreo y abunda el arbustivo como el palmito, el lentisco, el cornical o el esparto. También existen numerosos endemismos florales como el cardo de Cabo de Gata o el azafrán de Cabo de Gata.

Siempreviva azul (Limonium sinuatum) Playa de Mónsul
     Es una entrada escasa para este inmenso Parque Natural pero tampoco quiero que se haga pesada. En un futuro no descarto hacer algún aporte más sobre este lugar, ya que me he reservado algunas fotos y nunca descarto volver.

Uti en la playa del Arco (Los Escullos) 

Fran Mercader Román