Publicado en: 1/4 de ambiente por TxemaCG. Texto original
En esta semana que llevo debatiendo desde que se publicó mi artículo en Naukas con los que se oponen a los transgénicos* me he percatado de que atacan como si fueran ellos los que van “perdiendo la guerra”.
Repasemos los hechos y consecuencias de la política sobre los transgénicos llevada a cabo por la UE:
- En Europa solo se permite el cultivo de tres transgénicos y comercialmente solo se explota uno el maíz MON810. Sin embargo se admite el uso (importación y comercialización) de unos 40.
- Solo dos países de la UE no están usando la moratoria de cultivo de estos transgénicos. No se puede prohibir expresamente el cultivo porque no hay motivos científicos fundamentados para ello.
- Todo el maíz MON810 (cuya patente expira el año que viene, el último grito) producido en España se destina a alimentación del ganado porque los consumidores lo rechazan.
- Es obligatorio el etiquetado de todo alimento que en su composición posea un 0.9 % transgénicos o modificado genéticamente. No se ven en el supermercado por el rechazo de los consumidores.
- Los biotecnólogos que desarrollan nuevas variedades asumen que deben vender sus patentes para que sean explotadas fuera de Europa.
- El 65 % de los españoles rechaza los transgénicos (PDF 1,5 MB) (pero el 70 % nunca ha buscado información sobre ellos).
Van perdiendo la batalla científica y tecnológica por goleada pero la batalla que importa en esta guerra, la que se libra en las mentes y bolsillos de los consumidores, la van ganando claramente. Sin embargo, atacan (pintadas, quema de campos, peticiones en la UE para su prohibición, argumentos victimistas cuando la UE aprueba el uso de uno…) como si los favorables a los transgénicos los estuviéramos obligando a consumir todos los días cantidades ingentes mientras los apuntamos con una pistola. Como diría Mourinho, ¿por qué?
Porque este problema con los transgénicos solo se da en la UE. En el resto del mundo cada vez se cultivan en más países y cada vez más hectáreas. Hasta en Cuba, poco sospechosa de recibir sobornos de Monsanto, ¿no? Así que tarde o temprano Europa tendrá que cambiar su política para no perder el tren y de ahí su beligerancia.
* No me gusta llamarlos antitransgénicos salvo por motivos de brevedad en el título. Muchos tienen motivos legítimos para oponerse a ellos aunque, en mi opinión, confunda la parte por el todo. Sí uso antiantenas siempre, por poner un ejemplo contrario de oposición sin argumentos.
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