Las que se quedan y las que volverán
Siguiendo con la ordenación de fotos, he encontrado éstas pertenecientes a las salinas de Chiclana de la Frontera (Cádiz) en el pasado mes de enero. Los aviones roqueros volaban y se posaban a descansar un poco en su ajetreada vida.
Dura...
Se El Cambio
A día de hoy creo que ya todos conocemos la preocupante situación medioambiental en la que vivimos, la contaminación, el cambio climático, el agujero de la capa de ozono, la pérdida de biodiversidad o la deforestación son solo algunos ejemplos entre muchos otros, pero ¿por qué, a pesar de ello, nuestras acciones al respecto siguen siendo tan limitadas o tan poco consecuentes con nuestras ideas?
Los estudios sobre valores, opiniones y actitudes acerca del medio ambiente han puesto de manifiesto una discordancia entre las ideas y los comportamientos en este ámbito. La opinión pro-ambientalista parece ir por delante de la práctica coherente.
No es un fenómeno peculiar o extraordinario; realmente es bastante normal; valores, creencias, normas y comportamientos son categorías diferentes y, en su medida, cada una de ellas tiene su propia lógica.
El modelo del valor, las normas y las creencias hacia el medio ambiente, planteado por Stern y colaboradores, propone que la conducta ecológica puede explicarse a partir de los valores, las creencias generales sobre el medio ambiente, el grado de concienciación, la adscripción de responsabilidad y la norma personal o moral, esta última considerada por el modelo como el determinante directo de la conducta.
Imagen de World Economic Forum |
En resumen, este modelo parte de estructuras muy básicas de valores (biocentristas, altruistas o egoístas), que influyen de forma diferente en la construcción de normas personales que inciden directamente en los comportamientos y determinan en qué medida entendemos el mundo desde un paradigma ecológico o no. Las creencias básicas del nuevo paradigma ecológico filtra las orientaciones de valor y las focalizan hacia normas y comportamientos coherentes con ellas y determinarán en que grado de gravedad serán percibidas las consecuencias del deterioro medioambiental; a medida que la gravedad del problema aumenta, es más probable que se asuma la responsabilidad de hacer algo; puede formarse así una "norma personal", el sentimiento de estar obligado a realizar acciones proambientales ( y evitar las que dañan al medio ambiente). Esas normas personales son la influencia más directa sobre comportamientos activistas en la esfera pública, comportamientos públicos no activistas, comportamientos en la esfera privada y comportamientos en organizaciones.
Evidentemente existen más factores que determinan nuestro comportamiento ambiental, según Stern se pueden agrupar en cuatro:
- Factores contextuales (restricciones y facilidades): tecnología disponible; impacto medioambiental incorporado; requisitos legales y regulación; costes y recompensas materiales; conveniencia; normas y expectativas sociales.
- Capacidades personales: recursos económicos, educación/ conocimientos; estatus social; habilidades y conocimientos específicos.
- Hábitos y rutinas.
- Factores actitudinales: valores personales; predisposiciones proambientales genéricas; normas y creencias sobre comportamientos concretos; actitudes no medioambientales; costes y beneficios percibidos de la acción.
De todo lo anteriormente expuesto podemos extraer que la lucha por el cambio no es tarea fácil (pero ¿hay algo fácil en esta vida?), hay que lidiar con muchas variables tanto personales, como sociales y económicas. Como dice el vídeo que adjunto a continuación esta lucha por el cambio no se puede ganar de forma individual y posiblemente la clave de todo sencillamente está en trabajar juntos, así que ¡seamos el cambio!
Se El Cambio
A día de hoy creo que ya todos conocemos la
preocupante situación medioambiental en la que vivimos, la contaminación, el cambio
climático, el agujero de la capa de ozono, la pérdida de biodiversidad o la
deforestación son solo algunos ejemplos ...
Participo en una carrera de “megustas” por un panel solar.
Pues sí, quizá me prometí que no lo volvería hacer después de la experiencia con aquella fotografía de la abeja actriz, pero la carne es débil y he vuelto a picar. Esta vez, con motivo de la Feria GENERA, una marca promete, al que consiga mendigar más votos, un panel solar … Continue reading →