Publicado en: 1/4 de ambiente por Txema CG. Texto original
Cuando se aprobó la LES todo el mundo se fijó en la famosa disposición final segunda o “Ley Sinde-Wert” pero antes de eso hay toda una ley económica de agárrate y no te menees donde se dice que se van a apoyar las ayudas al carbón y en esto que la UE dice que nones que las ayudas al carbón como mucho hasta el 2014, bueno no, hasta el 2018 pero solo si mientras van cerrando minas, que están intentando bajar las emisiones de CO2 y eso les viene muy mal, oye. Así que el gobierno tuvo que recular, ir bajando las subvenciones y los mineros no se lo tomaron muy bien, como era de esperar.
La semana pasada se manifestaron en Madrid miles de mineros que le pedían al gobierno que cumpliera sus promesas de las ayudas al carbón y los mineros molan mucho, la clase obrera y tal. Todos recordamos (y si no lo recuerdas porque no tenías edad, deberías repasar un poquito de historia) que los mineros han sido punta de lanza en numerosas luchas obreras pero ahora mismo no veo diferencia entre pedir que se defienda el carbón y pedir que se defiendan los derechos de autor SGAE Style. Su actividad está tan obsoleta como la que defienden SGAE y afines y, por evolución del modelo de negocio, está en camino de desaparición. Pero oye, que son mineros y los otros son Bisbal y Alejandro Sanz, y los mineros molan mil porque son la clase obrera.
Pero tampoco carguemos las tintas sobre los mineros (seamos bienpensantes, ellos solo quieren no perder sus empleos) porque los planteamientos cortoplacistas de los gestores de las subvenciones, cuyo destino era la reconversión de las comarcas mineras a otro sector pero que fueron destinadas a prejubilaciones (no precisamente precarias) a los 35 años, becas con requisitos de risa para todos los estudiantes fueran o no hijos de minero, redes de fibra óptica llevadas a pueblos donde no había demanda… son los verdaderos culpables de la situación. El objetivo de mantener a los mineros contentos conseguido pero fue una patata caliente dejada a posteriores equipos de gestión porque sabían que la línea roja estaba muy cerca pero no se querían pillar los dedos. Vamos, lo de siempre, Españistán ultracortoplacista.
Con el aumento de la generación de electricidad por las renovables y la generación nuclear (uy, ha dicho nuclear) pujante, subvencionar al carbón es un acto temerario. Hace años que el debate energético debiera haberse producido pero ¿oísteis algo en la pasada campaña electoral? Y menos mal que no tenemos petróleo, que si no cuando estuviera en vías de acabarse también habría que subvencionarlo, que aquí a todos nos gusta chupar de la teta mientras podamos.
Aclaración: informo de que yo del carbón solo sé por lo que he leído y lo que he podido preguntar a algunos conocidos de la zona, así que cualquier metedura de pata que queráis corregirme será bienvenida en los comentarios.
Puedes leer y comentar el artículo completo en 1/4 de ambiente
