Hormigón una gran afición

El hormigón es un material de construcción que apareció en una forma primitiva en Egipto. Desde aquel entonces el hormigón ha ido evolucionando y  ha ido modelando el paisaje que muchos de nosotros vemos hoy.

El hormigón se usa tanto que en cualquier ciudad podemos encontrar miles y miles de toneladas.  Es un material muy resistente y barato que compone la mayor parte de las construcciones humanas.

Puede que el hormigón tenga un componente social, que eleve de clase social a aquella persona que vive en una estructura de este material. Basta con darse cuenta de que existen pocas casas de nueva construcción construidas con maderas o materiales “ecológicos”, basta con que nos den a elegir una casa de madera prefabricada o una de hormigón.

Este material debe ser mágico, pues parece tener al ser humano hechizado, tanto es así que todo el mundo quiere una casa de hormigón, que todo el mundo quiere pasear por calles hechas de hormigón y otros materiales de construcción. Es tal el hechizo que la sociedad moderna parece reconocer a este material como parte de su ambiente y ve natural su omnipresencia.

El ser humano en su afán por dominar el planeta incluye su gran afición de construir allá donde aun exista algo natural por colonizar, de eliminar cualquier mancha de verde que no haya sido plantada.

Lamentablemente en la vida real parece ser que  no solo entra en juego el hechizo del hormigón. Parece ser que  en la vida real existe una suma de tres términos en el que también juega un papel fundamental la hipnosis que ejerce un bonito paisaje sobre cualquier ser humano. Por lo que si realizamos la siguiente suma: hechizo del hormigón + afán de dominar el planeta + hipnosis de los paisajes tenemos como resultado la construcción en cualquier sistema natural salvaje.

Debe ser cosa de magia que el ser mas inteligente del planeta sea capaz de estar sometido a estos hechizos o conjuros que inducen a la destrucción de los sistemas naturales.