Día Mundial del Agua y lo que se beben tus alimentos.

Publicado en: Vida Simple y Sustentable por Sofía López Olalde. Texto original

Derechos de autor Todos los derechos reservados por UN-Water World Water Day 

Ayer fue 22 de marzo y se conmemoró el Día Mundial del Agua el cual existe desde hace 20 años pese a la sorpresa de muchos que nunca lo habían oído mencionar. El Día del Agua existe para que todos los países recuerden año con año adoptar medidas necesarias para la conservación y gestión del vital líquido.

Este año el tema de la celebración fue el agua y la seguridad alimentaria; bajo el lema "el mundo tiene sed porque tenemos hambre" la ONU puso el delicado tema de la distribución de alimentos sobre la mesa esperando que tarde que temprano este debate ponga comida sobre todas las mesas del mundo. El volumen de agua necesario para producir alimentos es muy alto y el beneficio sólo está en la mesa de algunos.

71% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua, dato que no debería relajarnos pues de esos 1.386 millones de km3 de agua 97% son salados. Del 3% restante sólo 1% es agua líquida y hoy 54% de ese volumen ya está comprometido en diferentes actividades humanas.


Si bien la demanda de agua en  las ciudades es considerable, el mayor consumidor es el campo y después la industria. Como pueden ver, la ONU no está equivocada; 70% del agua consumida por el ser humano salpica nuestros campos a través de los sistemas de riego y calma la sed del ganado.

Entre más alimentos consumamos, más agua se necesita; entre más alimentos tiremos a la basura, más agua se necesita y entre más agua usemos en nuestra vida cotidiana, menos habrá disponible para riego y por tanto menos alimentos se producirán. Sin duda, estas son relaciones evidentes pero complejas que pueden llegar a ser hasta perversas.

Así que cuando se trate de ayudar a sanar el hambre de millones de personas, mejor que hacer un depósito en una cuenta de banco que promete llevar alimentos a muchos es mejor concentrarnos en soltar un poco la cuerda de nuestro lado disminuyendo nuestro consumo de agua para que la tensión en el otro extremo pueda ser aliviada.

Está probado que en el día a día de una persona la actividad que más agua demanda es bañarse, no es momento de dejar de hacerlo pero sí de hacerlo rápidamente, de instalar dispositivos ahorradores en la ducha, de captar el agua que cae para luego aprovecharla. 

Vale la pena mencionar que hay una actividad de mayor consumo de agua que espero todos tengamos en el olvido: lavar el auto con manguera; si no lo han olvidado, háganlo ahora pues cada ducha del auto nos cuesta 500 litros de agua.

De nuevo vuelve el tema de los alimentos cuando hablamos de lavar la vajilla; seguro además, que entre más se consuma más piezas habrá por lavar, aquí vale la pena que sepan que lavar los trastes a mano consume hasta 100 litros por persona al día mientras que hacerlo en un lavavajillas sólo requiere entre 18 y 50 litros/persona/día. La inversión en este equipo bien vale la pena.

Dejar de comer carne una vez por semana representa un ahorro de 15 mil litros de agua por cada kilo que nuestra familia evite consumir, el lunes sin carne sin duda es una medida con más beneficios que sacrificios. Cuando de comida rápida se trate, piensen un poco también: una hamburguesa con papas fritas se 'bebió' más de 2.000 litros de agua hasta llegar a la barra de comida, una pizza requiere alrededor de 1.300 litros de agua, un rollo de sushi llega a tu mesa tras sólo haber 'bebido' 150 litros mientras que un sandwich lo consigue con 100 litros; una buena ensalada tendrá suficiente tras consumir 30 litros de agua.

La ONU ha puesto en línea una galería de fotografías de comida con su respectivo consumo de agua, visítala en: http://www.flickr.com/groups/worldwaterday2012/pool/with/6724352163/

Ojalá a partir de la reflexión que las Naciones Unidas nos invita a hacer este año , la sed de antojos que raya en gula no sea tal que nos acabe secando la boca.

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