Conversación con una golondrina en los albores del fin del mundo.

Publicado en: ambientologos por Ambientólogos. Texto original

Yo lo se.. es terrible como llueve.. llueve todo el tiempo y lo peor es que nos llueve sobre mojado… -dije a una golondrina que buscaba refugio en un resquicio de mi balcón-

La palabra nunca muere.

- Ella volteo hacia mi, clavando sus ojos cansados en mi paragüas, y con aire de quien tiene experiencia volando bajo la lluvia, me dijo:                                Habrás escuchado en las noticias mediáticas que el fin del mundo se acerca. No pongas mucho atención en ello, pero recuerda que el fin del mundo, el que esta dentro de cada uno; es solo consecuencia de nuestros actos, de las palabras que decimos, de las verdades que ocultamos, de los cantos que entonamos, de las melodías que callamos y de los sueños que se esconden bajo la almohada por que se saben perdidos en un mundo de frías y tautologicas verdades.

¿Haz visto alguna vez, la sutil forma de las palabras? tienen mas pinta de golondrinas que yo, son fugitivas de la indiferencia y el silencio voraz, tejen su nido sobre arboles de esperanza, cobijan sueños por si llegan tiempos fríos, abrigan verdades sencillas bajo sus alas y emprenden el vuelo con su mirada clavada en el futuro.

Aunque es cierto que como cada año, algunas pierden el brío, se resquebrajan bajo la carga y la tensión del aquí y el ahora, de las totémicas realidades; se desdibujan sus sueños, se apaga su canto. Pero a sabiendas de que el invierno no durara siempre, resguardan sus fuerzas y un resquicio de esperanza, porque en medio de una ciudad rota, las palabras nunca pueden morir, como no muere mi canto, aun en los días de lluvias aciagos.

Habrá entonces que hacer acrobacias con ellas este año, alimentarlas con poemas trenzados por puños alzados, con besos hermanos; que no caigan, ni sucumban para que las voces cobren vida, se alcen fuertes, y sobre las calles grises emprendan su vuelo, remuevan lo incuestionable, canten odas al juego, dibujen futuros posibles y basen su vuelo en la esperanza que no llama a la espera.

Yo lo se,  es terrible como llueve, llueve todo el tiempo, pero de nada sirve un paragüas para detener la lluvia. Lo peor es que de cuando en siempre, en estas tierras, nos llueve sobre mojado; pero aun en las tormentas -me dijo- es posible bailar bajo la lluvia.

Leezhaj Areliuga.

Licenciatura en Ciencias Ambientales.


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