Sobre política “ambiental” y responsabilidad individual…

Publicado en: ambientologos por Ambientólogos. Texto original

Las instituciones dan vía a las economías, y a las percepciones que definirán las decisiones de las personas. A través de sus objetivos, establecen una vía de desarrollo donde, para bien o para mal, todo lo exterior refuerza su curso: crearán organismos que darán forma a políticas moldeadas a los sus intereses  y producirán una ideología que justifique su comportamiento. Entonces, el curso de desarrollo de una sociedad tiene cierto grado de dependencia del enfoque de las políticas elaboradas por los organismos que componen a las instituciones.

El gobierno es una institución; las secretarías son los organismos que la forman, y que a través de sus actividades y la búsqueda de sus objetivos, conducen al cambio institucional.

Siguiendo esta lógica, me gustaría poner sobre la mesa la postura de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la cual “…además de estar enfocada al cuidado y preservación del ambiente, busca orientar los patrones de producción y consumo hacia la sustentabilidad…”

Sin embargo, aunque el objetivo que persigue dicho enfoque es muy claro, e incluso define qué se necesita y cómo implementarlo, percibo un hueco en un aspecto primordial sin el cual todas las soluciones propuestas no pueden realizarse: alentar a la participación de todos los involucrados en en el medio ambiente; concepto que sirve para  describir a toda la sociedad: instituciones, cultura, naturaleza, economía, técnica.

Si el medio ambiente es  el marco en el que se desarrolla todo el sistema de relaciones esenciales entre individuo y sociedad, la política ambiental se enfrenta a un concepto  englobador,  que implica  el gran reto de abordarlo de manera interdisciplinaria respecto a su análisis, interpretación y gestión;

Aquí surge uno de los primeros retos de la Política Ambiental: contribuir a  superar el babelismo  provocado por la confusión conceptual resultante de que para explicar las mismas cosas, se usen lenguajes distintos (Boada, 1994). Esto debe llevar a lograr un acuerdo generalizado en las nuevas tendencias de análisis ambiental ya no sólo desde las ciencias experimentales, sino incluyendo las sociales y políticas , para alcanzar cierto consenso en términos y conceptos  que dado el carácter interdisciplinario del tema, resultan tan variados y contradictorios .

Pareciera ser una política que tiene el reto de integrar y embonar armónicamente las actividades individuales de cada secretaría para completar exitosamente el rompecabezas de nuestro Estado, sin olvidar que no es un ente externo con personalidad propia, sino que está formado por individuos, como tu y como yo, que por muy “choteado” que suene, es una realidad.

Ahora, quiero resaltar las últimas dos líneas del párrafo anterior, ya que aunque el tema del medio ambiente y la sustentabilidad empiezan a ser comunes en todo tipo de discurso, y parecen dar forma a una nueva tendencia, aún no se han convertido en un estándar y para ello se requiere ser consciente de nuestro papel como individuos y ciudadanos; como consumidor, productor, empresario o funcionario.

Independientemente del rol que juguemos en la sociedad, todos compartimos la condición de ser consumidores, en mayor o menor medida. Por lo tanto, asumirnos como tales significa ejercer nuestro poder de decisión y responsabilidad individual de manera informada, con convicción compromiso y consciencia de los patrones de consumo y del estilo de vida detrás de él.

De esta forma, lo que inicia como responsabilidad individual podría extrapolarse a una responsabilidad social que tenga la fuerza suficiente para que se manifieste en los organismos de gobierno mediante las aspiraciones, enfoques  u objetivos que persigue con sus políticas.

Tal vez de esta  manera las instituciones, los organismos y sus políticas (a los que me referí como gobierno, secretarías y sus respectivas políticas), dejen de parecer tan ajenos a la realidad,  o de percibirse como un ente externo que pareciera adquirir personalidad propia a través de la cual podemos deslindarnos de nuestra responsabilidad individual al repartir las culpas entre las distintas secretarías, olvidando que están hechas de personas, que son “fines en sí mismos”, que son todas interlocutores válidos donde las instituciones, organismos y políticas son medios a su servicio, y no a la inversa, como a veces parece.

Cecilia Barocio Hernández

Licenciatura en Ciencias Ambientales


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