Publicado en: ambientologos por Ambientólogos. Texto original
Como sociedad mexicana a la que pertenecemos, de la cual nos sentimos orgullosos y la cual, sabemos, somos capaces de defender y presumir. Debe ser de importancia nacional evaluar si nuestro sistema político y de elecciones es el ideal, es decir, es el que más se ajusta a las demandas del pueblo, el que deja fuera a la menor cantidad de mexicanos, el que nos otorga mayor representatividad. Ya que eso es lo que cualquier sociedad democrática debe lograr como mínimo. Pero, ¿Cómo saber si la sociedad mexicana tiene el sistema político y de elecciones que necesita? Es decir aquel que se ajuste mejor a sus necesidades y demandas.
Como saberlo cuando en la actualidad estamos expuestos a tantos estímulos que hemos dejado de percibir. Solo vemos, oímos, pensamos, sentimos, leemos, creemos y apoyamos aquello que nos conviene, aquello que según nuestros valores, nuestra educación es “lo que más nos beneficia”. Aquello que en la actualidad simplemente nos individualiza. Hemos caído en un proceso de individualización de raíz. Vivimos y construimos y fortalecemos sociedades individualistas en las que los vecinos no se conocen, no se apoyan y a lo mucho se quejan mucho unos de otros.
Nos han educado para no valorar, para no comprometernos, para no protestar, para no demandar demasiado, para no creer en la palabra; pero sobre todo nos han educado para chingarnos, para aguantarnos sin levantar demasiado la voz.
“Ps que se le va hacer, ahí la llevamos.” – frase que mas escucho últimamente
Nos han mutilado nuestra cronoconciencia, nos han modificado y ultrajado nuestra verdadera historia. Nos han enseñado un lenguaje sin peso, un lenguaje de esos moldeados por la subjetividad de tal manera que resulte acorde a las relaciones sociales, a los vínculos patriarcales, coloniales, raciales y ecocidas que nos han sido impuestos.
Y esto no es una exageración, basta con voltear a ver los últimos 50 años de historia de nuestro país (no hay que irse tan lejos) para reafirmarlo. Basta con conocer las historias vividas por los desplazados indígenas de nuestro país y el trato que reciben en dependencias de gobierno actualmente, basta con informarse del estado en el que se encuentra el 25% del país que esta concesionado a trasnacionales mineras, basta con leer los planes que el BMI le pide (o más bien presiona) a México que cumpla. Nos están deformando como mexicanos para construirnos como neomexicanos imitantes de los vecinos del norte o más bien como una neocolonia de este país insaciable.
En una palabra hemos pasado de ser actores sociales a unos meros y simples espectadores. Ahora tal parece que nosotros, la sociedad mexicana, tenemos que estar a la espera de lo que ellos (los políticos) nos propongan, tenemos que estar atentos a las palabras que dice y los actos que hacen, tal parece que nosotros estamos sirviéndoles a ellos y no ellos a nosotros. Cuando son ellos los que deberían proponer soluciones creativas a nuestras demandas, a nuestras preocupaciones. Cuando son ellos los que deben convencernos a nosotros para beneficiar a nosotros no a ellos. Cuando son ellos los que deben consultarnos, acercarse a nosotros y no al revés.
Los políticos gasta año tras año tal cantidad de dinero (solo para 2010 fue un total de $2,997,358,834.02 para los partidos políticos y sus campañas, y eso que no es año de elecciones nacionales) con la finalidad de trabajar para el pueblo. Pero como lo hemos mencionado estos recursos han servido para volvernos una sociedad conformista que vive bajo normas y juicios de corrección y sanción que neutraliza lo alternativo y lo alternante.
Es por ello que es necesario repensar nuestro sistema de elección, nuestro sistema de participación ciudadana y nuestro sistema democrático. Es necesario re-evaluarnos, re-pensarnos y ser incluyentes, ser tolerantes para aceptar la pluralidad, ser creativos para incluir los múltiples procesos emergentes de autonomía que están sumergiendo en nuestro país. Tenemos que dejar a un lado este sistema de dominación, de supresión, de marginación. Tenemos que ponernos creativos… sino todo este movimiento social imparable terminara aplastando los aparatos del estado-nación. Tenemos que llevar la verdadera democracia mas allá del acto del voto, se necesita una democracia viral que llegue a todos los espacios de la vida social.
Masasiui Tenorio Pérez
Licenciado en Ciencias Ambientales
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