Dinamarca no perdona su ridículo

Publicado en: 1/4 de ambiente por Txema CG. Texto original

Ayer se conocían los cargos que la fiscalía danesa presentaba contra los activistas de “Greenpeace” que se colaron en la cena de gala de la cumbre de Copenhague, entre los  que se encuentra Juantxo López de Uralde. Yo no soy abogado y creo que puedo mear fuera de tiesto pero al menos uno de los cargos en contra del juicio me parece un poco traído por los pelos.

Juantxo (Juan López de Uralde) en la despedida como director de Greenpeace con todos sus compañeros y amigosEs obvio el de “allanamiento de morada” aunque habría que ver si es posible allanar una morada en la que te dan permiso para entrar. Supongo que “falsedad de documento público” se refiere a falsificar la entrada a la cena. Hasta aquí, nada que objetar. Lo que me parece de chota es la “suplantación de funcionario público” porque ¿es posible suplantar a alguien que no existe como el “Presidente del planeta Tierra?

En el tema del agravante “contra la Reina” no puedo entrar a valorar su oportunidad ya que desconozco si se ha presentado ocasión de usarlo desde 1935.Tampoco creo como Reyes Montiel que sea por que se sintiera ofendida con el cartel sino porque fue en una cena donde ella estaba presente.

A mi parecer, aquí lo que hay son unas ganas de revanchismo tremendas por parte de los servicios de seguridad ridiculizados aquel día. Así que si la condena es por “allanamiento de morada” y “falsificación de documento” sin agravantes pues oiga, por aquí todos somos mayorcitos y debemos asumir las consecuencias de nuestros actos. Una condena mayor que esa me parecería descabellada.

De todos modos quiero expresar mi deseo de que las dudas que tengo sobre los cargos imputados sean reales y esto se solucione con una simple multa.

Pero hay una cosa que no se me olvida, algo que jamas le pienso perdonar al Gobierno en general y a Miguel Ángel Moratinos, en particular, como Ministro de Asuntos Exteriores: en aquel diciembre de 2009 permitieron que a un ciudadano español, por mostrar una pancarta, le fuera aplicada una ley “antiterrorista” y durante las dos semanas que permaneció incomunicado, no se movió un dedo. Por esas cosas, que se suelen perder en el barullo de la actualidad, es por lo que Perez-Reverte dijo lo que dijo.

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