Publicado en: 1/4 de ambiente por Txema CG. Texto original
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Creditos Rui Freitas Rego
Ya vimos como uno de los criterios que se tiene en cuenta a la hora de proteger un espacio es usar una especie que sea “famosa” pero ¿como podríamos determinar la extensión que debe ocupar ese espacio? ¿Que pasa si tenemos una especie en peligro desperdigada pero no es viable crear parches de protección?
Para ello tenemos las “especies paraguas”, especies que requieren una gran extensión de territorio para satisfacer sus necesidades. Protegiendo a esas especies podremos proteger a todas las que estén dentro de su territorio.
¿Que especies nos vienen bien para ejercer esta función? Aunque no hay ningún grupo de especies ideales para ser paraguas, es cierto que los mamíferos sirven muy bien para desempeñar esta tarea por el gran área que necesitan para alimentarse y si son depredadores mucho mejor, porque necesitaremos proteger hasta el último eslabón de la cadena alimentaria, pero se han encontrado zonas donde la especie paraguas eran mariposas, escarabajos… No existe una regla clara y requiere de un estudio previo de la zona a proteger, se dan casos de candidatos claros como los jaguares en las selvas americanas que son desplazados por otros mamíferos herbívoros en este papel.
Este sistema también sería aplicable a los ecosistemas marinos. Habitualmente se usa a la ballena jorobada que además cumple con el doble papel de ser especie emblemática y paraguas debido a la extensión que cubren en sus migraciones para proteger múltiples zonas (fondos, playas) y colateralmente muchos otros preces que se alimentan de plancton, o peces que se alimentan de estos peces que a su vez… Como veis, toda una cadena protegiendo una especie que ni siquiera forma parte de la misma.
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